José Cevasco: Tiempo de reflexión

Se acabó la campaña y ahora es tiempo de reflexionar. El voto es la expresión democrática de nuestras preferencias políticas, y no debe ser por quién grita o insulta más.

Algunos candidatos emplean como estrategia la mirada al pasado, tergiversando el propósito de las elecciones, que es mirar hacia adelante.
Es cierto que revisar nuestra historia ayuda a evitar que se cometan los mismos errores, pero, cuando elegimos a un gobernante, lo hacemos con el propósito de que resuelva los problemas y tome buenas decisiones para el futuro.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que el éxito de un gobernante no solo está en las buenas acciones que pueda aplicar desde el Ejecutivo, sino también en saber tener equilibrio con las fuerzas políticas en el Congreso y con aquellas que no lo están: los sindicatos, medios de comunicación, grupos empresariales y naciones hermanas con las que siempre debemos tener buenas relaciones.

Para decidir por quién votar, tomemos en cuenta las condiciones personales, el equipo de gobierno y de operadores políticos en el Congreso que deben generar y garantizar un clima estable para gobernar.

Es decir, cuando elegimos a un gobernante, también escogemos al equipo técnico y político que acompañará al presidente por cinco años. Lo que se precisa para desarrollar una buena gestión es un clima de estabilidad política y social.
Un gobierno debe contar con legitimidad permanente y, para ello, necesitará de políticos-técnicos que sean buenos comunicadores. A la comunicación gubernamental se le debe agregar el comportamiento individual de los gobernantes y funcionarios, ya que su mala imagen puede enturbiar las acciones, generando altos costos políticos.

El tiempo de reflexión incluye diversos aspectos; no dejemos que las distracciones del ruido, los insultos, la mirada hacia el pasado y los odios –que ya parecen personales y no políticos– nos nublen la visión de saber decidir pensando en nuestro futuro y el de las generaciones venideras.