José Cevasco: Échale barro a otro que no sea yo

De acuerdo con el artículo 97 de la Constitución, el Congreso puede iniciar investigaciones sobre cualquier asunto de interés público. Sin embargo, durante los últimos años la mayoría de las investigaciones que ha realizado y realiza son básicamente sobre asuntos políticos. El Legislativo tiene asidero legal para ello. Sin embargo, la propia Carta Magna dice a la letra: “Sus conclusiones no obligan a los órganos jurisdiccionales”.

Lo vemos continuamente en la práctica. El Parlamento, luego de aprobar el inicio de una investigación, publicar el nombre de los investigados, gastar millones de soles en sueldos, prejuzgar a las personas y sancionar política y mediáticamente, envía sus informes aprobados a la Fiscalía y al Poder Judicial, y estas instituciones, basadas en la Constitución y al darse cuenta de que fueron investigaciones políticas, simplemente no toman en cuenta estos “veredictos”.

Lo que hacen estas comisiones es que el Parlamento distraiga su tiempo y gaste el dinero de los peruanos en investigaciones que podrían no considerarse de interés público, sino de interés eminentemente político, siendo los únicos ganadores los grupos políticos interesados.

Ahora que estamos ad portas de la campaña electoral, se hace necesario que el Congreso haga un alto en las investigaciones políticas, para que el debate se centre en propuestas de gobierno, y no en la discusión de “échale barro a otro que no sea yo”.

El procedimiento de investigación parlamentaria debería cambiar. Soy de aquellas personas que piensan que, en materia de Estado, debe priorizarse el uso racional del tiempo y el dinero público.

¿Acaso no sería mejor que el Congreso inicie investigaciones preliminares y luego estas sean derivadas a la Fiscalía con un plazo de informe al Pleno del Congreso, para conocer los avances de la investigación? ¿Acaso no sería mejor que las sanciones políticas a los altos funcionarios se realicen luego de que los órganos jurisdiccionales hayan encontrado culpable al denunciado? ¿No sería justo que el Congreso se disculpe con los agraviados luego de ser absueltos por los órganos jurisdiccionales?

Creo en la política y en sus instituciones, pero más en la convivencia civilizada de nuestra sociedad.