El premier Juan Jiménez y el ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, cerraron filas a favor del director de la Policía, general Raúl Salazar, ante los pedidos de destitución por los malos resultados en la lucha contra la delincuencia.
Salazar agravó su situación al demostrarse que mintió al decir que los delincuentes que robaron en una notaría fueron perseguidos por la Policía. “Cuando la persona es profesional y hace su trabajo, a pesar de la crisis, le corresponde seguir laborando”, señaló Pedraza. En tanto, Jiménez negó que Salazar tenga un trato privilegiado del Gobierno.
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