Karim Benzema se ha sacado el cascabel. Ya no es el gato que Mourinho sacudía a golpe de críticas ni el jugador que coleccionaba silbatinas con la camiseta de Francia. El delantero del Real Madrid está firmando su mejor arranque de temporada con seis tantos en sus primeros cinco partidos, pero este dato que tranquiliza a los puristas del gol está lejos de definir a un futbolista tan completo como el galo. Benzema no es un killer del área, sino más bien un atacante que hace goles, asiste, abre espacios a puro desmarque y posee una sensibilidad con el balón más propia de un enganche que de un ‘9’ clásico. En un fútbol donde todo se categoriza, el galo supone una rareza y por eso su aura es la del incomprendido.
Hasta hace poco se hablaba de su posible salida de la Casa Blanca y se decía que Rafael Benítez prefería situar como centrodelantero a Cristiano. Para suerte del Madrid, el técnico se la jugó por Benzema ni bien dejó atrás una lesión. El tiempo ha demostrado que Karim juega mejor cuando se siente arropado. En los primeros años de Mourinho vivió en el candelero. El portugués fue duro con él cuando la lesión de Higuaín, por entonces titular, le obligaba a depender exclusivamente de Benzema en la punta de ataque. “Si no tienes un perro para ir a cazar y tienes un gato, vas con el gato porque solo no puedes ir. Si vas con un buen perro, cazas más. Si vas con un gato cazas menos, pero cazas”, disparó ‘Mou’.
Esa mirada reduccionista hacia el francés ha gobernado gran parte de su estadía en el Bernabéu y no le ha dado el suficiente crédito a su talento. Sin el sobrehumano arsenal de municiones de ‘CR7’, el francés no cumple el rol protagónico que tuvieron otros grandes goleadores como Ronaldo, Raúl, Zamorano o Hugo Sánchez. Solo una vez superó los 20 tantos en la Liga y su media de gol, 0.48 por partido, no impresiona en comparación a los mejores registros de fieras como Agüero, Suárez o Ibrahimovic. Comparado alguna vez con Ronaldo, este hijo de padres argelinos no hizo honor al símil y se convirtió en un delantero distinto, alguien que hace mejores a los demás. El gato se ha sacado el cascabel. Y es un crack por los cuatro costados.
@franciscocairog
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