No se puede comparar la carrera internacional de Cristian Benavente con la de Claudio Pizarro o Juan Manuel Vargas. Allí el Chaval pierde por goleada y los argumentos de Ricardo Gareca para dejarlo fuera de la lista de la Copa América podrían resultar demoledores. El chico está en la tercera división española, el chico no dio el salto que su calidad reclamaba y, quizá por culpa suya o de un empresario obtuso, decidió quedarse en un lugar donde no tiene ninguna chance de alcanzar el primer equipo del Real Madrid.
Pero esa es solo una manera de mirar el árbol y no el bosque. El entrenador de la selección debería darse cuenta de que jóvenes creativos y desinhibidos, como Benavente, no pueden faltar en un equipo de talento escaso y poca capacidad regenerativa. El mediapunta merecía más esta convocatoria que algunos veteranos que no han trascendido con la camiseta nacional. ¿Con 36 años y una temporada casi en blanco en Alemania, alguien cree que Claudio le salvará la vida a Perú? ¿O que Vargas, con 31 trajinados almanaques, tendrá el compromiso con su país al que alude un elogioso Gareca?
Así como la actualidad no condena a Pizarro y a Vargas, tampoco debería sentenciar a Benavente. Gareca piensa que el chico del Real Madrid Castilla no está para quitarle sitio a ningún ‘extranjero’ ni a los demás ‘cracks’ del competitivo fútbol peruano. El ‘Tigre’ lo insinuó en la conferencia posterior a su viaje a Europa, cuando aseguró que el Descentralizado era superior a la tercera de España. ¿Olvida Ricardo Gareca que Alianza Lima se cansó de perder contra equipos de esa categoría durante su pretemporada previa a la Copa Libertadores?
Mientras fue DT de la bicolor, Pablo Bengoechea llamó siempre a Benavente, incluso en medio de una campaña en la que solo completó ocho partidos en su club. El chico respondió sin deslumbrar del todo, aunque dejó pinceladas sobre las cuales es preciso insistir sin demora.
Con 25 partidos disputados en la temporada 2014/2015, 17 de ellos como titular, no creo que el Chaval haya perdido el toque ni la capacidad para, al menos por un momento, hacernos pensar que estamos frente a un jugador distinto.
Su ausencia en la nómina deja mal sabor de boca en quienes creemos que esta selección debe servir de base para Qatar 2022, una eliminatoria en la que probablemente tengamos alguna posibilidad de pelear un cupo, a diferencia de lo que vislumbro en el camino a Rusia 2018.
El problema es que a Gareca no lo han traído para ver el bosque. El ‘Tigre’ prefiere ir a la guerra con los viejos soldados, así les quede muy poca sombra.
@franciscocairog
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