Más allá del corazón y del aguante, Perú edificó su primer triunfo en las Eliminatorias sobre dos pilares fundamentales: Renato Tapia y Jefferson Farfán. El del Twente es un ‘6’ con despliegue, buena ubicación e inteligencia; el del Al Jazira, sin duda, el futbolista más desequilibrante de esta generación y de varias otras que fracasaron en el intento de llegar al Mundial. La ‘Blanquirroja’ dominó hasta que a Tapia se le acabó el gas. Después, Gareca entró en pánico y puso en riesgo el resultado al demorar mucho en los cambios.
El ‘Tigre’ confirmó su extraña apuesta por Yordy tirado a la banda y su escasa predisposición a modificar su 4-4-2 original cuando el partido pedía un replanteo. Por suerte, Paraguay no es Chile y la última línea logró hacer pie a pesar del nerviosismo de Penny. Guerrero, Lobatón y Pizarro tampoco anduvieron en una noche tensa en demasía. Por ahora, la música la pone Farfán. El equipo de Gareca aún es una banda que desafina, pero el baile no se ha terminado.
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