Enrique Castillo: Tacna y Arica

Con motivo del fallo de La Haya apreciamos algunos reportajes sobre la situación en ambas ciudades de la frontera peruano-chilena, y su nivel de integración.

Gracias a una invitación, participamos la semana pasada, en Arica, de un encuentro fronterizo de medios de comunicación que congregó a periodistas de Tacna y Arica, y que nos permitió comprobar una realidad que poco se conoce en el resto del territorio de ambos países.

Tacna y Arica dependen una de la otra, y están más cerca entre ellas de lo que están de la más cercana de las ciudades grandes en sus respectivos países. Tacna está más cerca de Arica que de Arequipa y Arica está más cerca de Tacna que de Iquique, en todo sentido.

Miles de chilenos pasan a Tacna los fines de semana para aprovechar las ventajas que los económicos tratamientos médicos, y medicinas o implementos más baratos, les ofrecen; y buscan restaurantes peruanos o cómodos hoteles tacneños. Miles de peruanos pasan a Arica tratando de desarrollar un comercio “hormiga”, buscando aprovechar un clima que se presenta agradable todo el año, y anhelando la seguridad que esa ciudad ofrece.

Tacna y Arica han sabido convivir e implementar esa famosa política de las vías paralelas, que los gobiernos nacionales no han podido desarrollar. Ambas ciudades y sus ciudadanos son fieles a su historia, a su gloria y a su dolor, a su dignidad y a su bandera. Ambas ciudades guardan celosamente su memoria y tienen a flor de piel su patriotismo. Pero ambas se respetan y respetan sus símbolos, sus héroes, sus celebraciones, en las que participan de manera conjunta en algunas ocasiones o reservadamente en otras.

Hay una nutrida agenda conjunta, decenas de eventos y una integración cotidiana y real desconocida para nosotros, que está muchos pasos delante de las medidas gubernamentales y que hace que los periodistas de Tacna y Arica reclamen mayor atención y participación de sus gobiernos.