Los resultados de ayer nos traen algunas conclusiones:
El fujimorismo tiene un bolsón electoral –núcleo duro o como se le quiera llamar– muy fuerte. Quizá más de lo que algunos creen. Y no será tan fácil ganarle, como algunos piensan.
Alianza para el Progreso tiene también un bolsón electoral fuerte, sobre todo en el interior del país. Sin candidato presidencial ha logrado tener una representación parlamentaria más grande que las agrupaciones que sí tuvieron plancha en competencia, y que han sido gobierno.
Gregorio Santos ha logrado una votación bastante alta, si tomamos en cuenta que postulaba por una agrupación casi desconocida, y que no pudo hacer más campaña que su presentación en el debate presidencial, por su condición de candidato encarcelado, lo que ha sorprendido al mundo. Gracias a esta votación PPK pudo pasar a la segunda vuelta, porque la heredera natural de estos votos, si Goyo se hubiera retirado, era Verónika Mendoza.
El miedo a Verónika Mendoza, procesado por algunos en los dos últimos días, benefició a un PPK que no iba ni para atrás ni para adelante. Es más, algunos que iban a votar por Keiko, asustados, prefirieron darle la mano a PPK. La pregunta es si seguirán con él o volverán a Keiko.
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