22.NOV Viernes, 2024
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Con alma y corazón

Juan Carlos Mariño marcó un golazo y Chumacero igualó. Hubo mal arbitraje del ecuatoriano Vera.

Como en el 96 con Oblitas, Perú igualó en La Paz. (Eddy Lozano/USI)
Como en el 96 con Oblitas, Perú igualó en La Paz. (Eddy Lozano/USI)

LA PAZ.– Antes de comulgar, recibimos la paz. Nos abrazamos entre todos y nos deseamos lo mejor. Nos abrazamos con esos trigueños, esos morenos, esos desconocidos que ayer no defraudaron. Nos deseamos la paz a tres metros del cielo, junto a las nubes, sin aliento. Con el ‘viejo’ Farfán, el ‘cholo’ Retamoso, el ‘negro’ Herrera y el mestizo Mariño. Ellos cumplieron, la comunión se dará en Asunción, y ojalá que el 1-1 de ayer nos lleve a la bendición de seguir vivos.

Porque en el Hernando Siles cumplieron los que se enrolaron en una batalla que nunca fue suya. Ahora depende de los nombres de siempre poner el sacrificio. Ese que ayer se dibujó para plantar una buena línea de cuatro, con los laterales firmes y un Acasiete enorme. En la volante, Joel Sánchez amagó, marcó, puso pausa y velocidad, mientras que Retamoso barría en el medio y Juan Carlos Mariño inventaba con trazo fino.

Por eso, Perú fue más. A los 8’, Chiroque le pegó muy débil y, a los 12’, Cominges metió un balazo que Suárez desvió casi sin saber. Hasta que llegó el minuto 21 y el ‘Burrito’ clavó la pelota en el ángulo desde 30 metros. Con aire o sin aire, lo gritamos. A pesar de que el árbitro le perdonó la vida a Walter Flores –a quien debió expulsar–, Perú se fue a los camarines en paz.

CERCA de LA GLORIA
Bolivia salió a matarnos desde el túnel. Marcelo Martins ingresó y no tardó en mostrar su categoría. El del Gremio le bajó la pelota a Alejandro Chumacero para el empate a los 51’. Allí renació Bolivia, mientras que ni Aguirre ni Ampuero funcionaron como recambio. Carvallo respondió ante Cardozo (54’) y Martins tiró al poste (72’). En Perú, Aguirre no llegó a un centro (72’) y Cueva no tuvo puntería (81’).

Los desconocidos que sí concentraron, los que ‘mataron’ en altura, los que no fueron a discotecas en plena preparación (André Carrillo fue ampayado saliendo de una el miércoles de madrugada), nos dieron cierta paz. En Asunción necesitamos la comunión.


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