25.NOV Lunes, 2024
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Columna Juan Carlos Oblitas

Hace unas semanas les comentaba sobre las posibilidades de Sporting Cristal y Juan Aurich para avanzar a la siguiente etapa en la Copa Libertadores. Pensaba que el equipo rimense tenía el camino mucho más fácil, pero a raíz de los últimos resultados, vemos que ambos llegan en las mismas condiciones para clasificar. Dependen de ellos mismos porque un triunfo les dará el boleto.

Este domingo se define qué equipos disputarán las semifinales del Torneo del Inca. Salvo César Vallejo, que es el claro ganador del grupo B, los semifinalistas de los otros dos grupos se conocerán después de jugada la fecha diez.

Este martes, la selección jugará ante Venezuela el primer partido de preparación de lo que algunos llaman la Era Gareca. Estas denominaciones son recurrentes en nuestro medio y no está mal, pero debemos tener claro que el objetivo principal es llegar de la mejor manera al inicio de las eliminatorias mundialistas.

El sorteo de la Liga de Campeones, el torneo de clubes más importante del mundo, arrojó cruces de antemano impredecibles, sobre todo el derbi madrileño. En este momento, entre Atlético Madrid y Real Madrid no se puede dar un claro favorito. El campeón de Europa atraviesa una crisis de juego y resultados, mientras que el Atlético no es el mismo equipo del año pasado, pero sabe acomodarse a instancias de doble partido, como ya demostró esta misma temporada al vencer a los merengues en la Supercopa de España. Es, desde mi punto de vista, la serie más difícil de predecir de las cuatro. Luego tenemos al PSG contra el Barcelona. En la fase de grupos, donde cada uno ganó su partido como local, vimos algo de superioridad de los españoles, que ahora están en un momento extraordinario, con un Messi en su máxima expresión y un grupo que ya encontró una línea de juego. Igual, descartar al equipo francés sería irresponsable, una necedad, sobre todo por las individualidades con las que cuenta el DT Laurent Blanc.

Semanas atrás les comentaba que el fútbol es de momentos, en referencia a las últimas actuaciones del Real Madrid. Ahora, en el lado opuesto, encontramos al Barcelona, un equipo que había entrado en crisis de resultados y de funcionamiento, al punto que se hablaba de la ‘inminente salida’ de Luis Enrique. Paradójicamente, luego de la derrota frente al Celta, los catalanes empezaron a ganar y a recuperar el espíritu de equipo que habían perdido. Dos cosas se juntaron para ello. La primera, que los jugadores se reunieron en privado y hablaron con absoluta libertad de la situación. Luego vino la segunda parte: los capitanes del equipo se acercaron al técnico y le comentaron todas las inquietudes que tenían. Aparentemente, el punto central de todo lo que se habló tenía que ver con la necesidad de definir un equipo base, algo que hasta ese momento Luis Enrique no había podido plasmar. Aunque él lo niegue –no tiene por qué hacerlo–, la pista de despegue se allanó cuando encontró el equipo base. A partir de allí, las rotaciones fueron mínimas y el Barcelona fue recortando terreno hasta alcanzar el primer lugar, lo que vino a la par de la caída del Real Madrid. Algunos dirán que el técnico cedió ante la exigencia de los jugadores, pero yo no lo veo así; más bien, Luis Enrique fue inteligente y rectificó al darse cuenta de los errores que estaba cometiendo. Vengan de donde vengan, hay que escuchar las sugerencias. Al final, el entrenador realiza su propio análisis y decide. En este caso, Luis Enrique hizo prevalecer el interés del equipo sobre su posición personal. Ahora estamos viendo al mejor Barcelona en mucho tiempo. Aún está muy lejos del equipo que dirigió Guardiola, porque eso es muy difícil de repetir, pero esta versión está defendiendo mejor y tiene a Messi, Neymar y Suárez en excelente nivel. Ya queremos ver el clásico del próximo 22 de marzo, donde posiblemente se defina el campeonato español. Antes de ello, Barcelona recibirá este miércoles al Manchester City por el pase a cuartos de la Champions. Tiene ventaja porque ganó 2-1 en la ida, pero no olvidemos que enfrenta a uno de los mejores equipos del mundo. Y ya que hablamos de la Liga de Campeones, vimos con sorpresa la eliminación del Chelsea ante el PSG. El equipo de Londres tenía todo a favor, sobre todo tras la injusta expulsión de Ibrahimovic, pero su actitud timorata lo llevó al 2-2 que clasificó a los franceses. Cada vez me convenzo más que ese fútbol mezquino que practicó el Chelsea no da réditos. No es casualidad que aquellos equipos con un fútbol más elaborado sean los que están logrando los mejores resultados.

H ace pocos días, en una charla informal, un amigo me preguntaba si yo era antiBielsa y me sorprendí de esa interrogante. Su comentario venía al caso porque había leído algo al respecto. Le expliqué que soy todo lo contrario: un admirador de Bielsa, un admirador de su trabajo y sus convicciones, y de la manera en que plasma sus ideas dentro del campo de juego. En lo que estoy en desacuerdo –le dije– es en la famosa corriente de los ‘bielsistas’, un grupo de técnicos que, por el simple hecho de haber nacido en Rosario, se hacían llamar discípulos de Marcelo. A mí me parecía que se ‘prendían” de la fama de Bielsa para poder ir de un sitio a otro a ensayar sus respectivas propuestas. Cuando uno veía a esos equipos en el campo se daba cuenta que eran totalmente diferentes a lo que Bielsa siempre propuso. Paradójicamente, uno de los ‘Bielsistas’ más recalcitrantes no trabajó nunca con Bielsa, y creo que incluso habló pocas veces con él. Me refiero, claro, a Jorge Sampaoli, quien resultó ser el más exitoso de todos. Sus triunfos con la Universidad de Chile y últimamente con la selección chilena llegaron de la mano de su madurez profesional. Esto quedó en evidencia en el Mundial de Brasil 2014, donde Chile jugó más tiempo en su campo que en el contrario en muchas ocasiones, algo que demostró su inteligencia. Ahora mismo, Bielsa se presenta con ciertos matices en el fútbol francés. Su equipo, el Olympique Marsella, es el menos ‘Bielsista’ de los que ha dirigido, lo cual tiene que ver con la profundidad del plantel con el que cuenta. A diferencia de los llamados grandes de Francia, el Marsella tiene un equipo corto y no puede sostenerse en el nivel que seguramente Marcelo quisiera. Por eso le está costando hacer la diferencia a partir de la dinámica de juego. El fútbol es ingrato en todos lados. Como los resultados en esta segunda etapa no han sido los mismos que en la primera rueda, el técnico empezó a ser atacado por la prensa gala. Él respondió con altura. Y el Marsella lo hizo ayer al golear 6-1 al Toulouse, con lo que se puso a un punto del líder Lyon. Hace unos meses Bielsa era un revolucionario y hoy es uno más. La prensa francesa ha resultado ser la más incoherente de todas. El Marsella no era gran candidato, pero Marcelo lo llevó a la cima y lo convirtió en protagonista. Unas cuantas derrotas hicieron que fuese vilipendeado. Algo similar le pasó en el Athletic Bilbao, aunque en su segundo año. La prensa vasca fue más cauta y analítica. Va a ser difícil que se quede en Marsella. Quienes lo critican no tardarán en darse cuenta de su gravísimo error. Mientras eso suceda, Bielsa podrá disfrutar en otro equipo.“Soy admirador de Bielsa, de su trabajo y sus convicciones. Hace unos meses era un revolucionario y hoy, para la prensa francesa, es uno más”.

E n esta nota me gustaría disipar algunas dudas que percibo en el ambiente respecto al proyecto que hemos llamado Qatar 2022. En este momento, sin lugar a dudas, lo inmediato y lo más mediático es la elección del técnico de la selección absoluta, que como es de conocimiento de todos será Ricardo Gareca. Él debe estar en Lima la semana que viene para firmar su contrato. La tarea del entrenador es específica: tratar de llevar al equipo al Mundial de Rusia 2018. La FPF apunta a darle todas las facilidades y respetar su proceso de trabajo, porque acá hemos sido reyes en cortar ciclos. Paralelamente a la selección absoluta, la FPF ha decidido contratar un profesional que arme y dirija la Unidad Técnica de Menores. ¿El objetivo? Formar una base sólida de jugadores y articular un plan de trabajo para llegar bien a las siguientes eliminatorias. Esto no será nada fácil, pues no solo se trata de lo relacionado con el juego y el entrenamiento. Y allí está el papel de la federación, clave para que este proyecto se vea revestido de algo sólido. Hablamos de mejorar los campos de juego y de plantear una real exigencia en el trabajo de menores en los equipos profesionales. Esa exigencia se trasladará, después, a todos los clubes que intervengan en torneos organizados por la FPF, como la Segunda División, por ejemplo. Al mismo tiempo habrá que revisar la bolsa de minutos y el torneo de Promoción y Reserva, productos que se crearon con la intención de favorecer la aparición de futbolistas jóvenes, pero que se pueden mejorar. Acá nos acostumbramos por mucho tiempo a esperar que surgieran jugadores de la nada, que nos cayeran del cielo. En otros países entendieron que hay que crear una plataforma para que ello ocurra, y por eso nos sacaron ventaja. Esto que queremos comenzar en el Perú nuestros vecinos lo aplican desde hace tiempo, así que vamos en desventaja. Reinaldo Rueda calzaba perfecto para comandar esa Unidad Técnica. Desgraciadamente, a último momento desistió, algo que a mí me sorprendió mucho. Hasta ahora no encuentro una explicación para ese desenlace, pero lo mejor es enfriar las cosas un poco para sacar conclusiones y ver en dónde fallamos. Sin embargo, el proyecto Qatar 2022 va sí o sí porque es la bandera de la FPF. Si este trabajo es bien llevado, estoy seguro de que dará resultados. Estoy seguro, también, que el problema que se originó con la negativa de Reinaldo se aclarará en breve, a fin de que la gente involucrada saque conclusiones. Es una lástima lo que pasó, pero ya está… No voy a renunciar, hay muchos proyectos por trabajar. Sigamos para adelante y veamos lo mejor para nuestro fùtbol.

Esta Copa Libertadores será una versión mucho mejor de la que hemos visto en los últimos años. Llego a esa conclusión porque, después de mucho, Argentina y Brasil tienen en este certamen a sus mejores equipos. Por cuestiones de bajo rendimiento o por malas finanzas, esto no se daba así.

Real Madrid, el mejor equipo del mundo, entró en ‘crisis’. La última derrota contra el Atlético de Madrid encendió las alarmas del equipo merengue. Es el puntero de la liga, pero definitivamente —desde que empezó a jugar luego del receso invernal– ha dejado de funcionar como lo había hecho en la primera mitad del campeonato español. Por supuesto, las explicaciones para esto son innumerables. Desde que el equipo juega mejor sin Cristiano Ronaldo –algo ridículo– hasta que los jugadores del Madrid no están comprometidos con el club; esto a propósito de la fiesta de cumpleaños del portugués la misma noche que el Atlético le hizo cuatro goles. Yo tengo una explicación mucho más simple. Incluso en el fútbol de alto nivel, los rendimientos de los jugadores son cíclicos. Es imposible sostener un ritmo similar durante todo el año. En este momento, además de las numerosas lesiones que han castigado al plantel, la mayoría de los futbolistas ha bajado su nivel y esto se ha hecho notorio. Ahora solo depende de Carlo Ancelotti y su cuerpo técnico definir la mejor estrategia para que sus dirigidos, poco a poco, recuperen su mejor forma, algo clave para aguantar el vendaval que se viene a sus espaldas. Barcelona y Atlético, sus escoltas a uno y cuatro puntos, respectivamente, sí están en muy buena forma y son una amenaza. En cualquier parte del mundo donde los torneos son de largo aliento, lo más importante no es cómo se empieza sino cómo se termina. Todavía falta un buen trecho y el Madrid tendrá el tiempo suficiente para recuperar su nivel, aunque es cierto que esta baja de producción del equipo, sumada al buen rendimiento de sus perseguidores, hará que veamos un vibrante final de liga española.

Alianza sufrió un duro revés en el partido de ida en la fase previa de la Copa Libertadores contra Huracán. Se pueden tejer muchas opiniones con respecto a este partido, pero la realidad, dolorosa por cierto, es que Alianza jugó mal, muy mal.

I ntensidad. Palabra de moda que quizá sea la que más escuchamos en el fútbol moderno. La pregunta es ¿a qué nos referimos con esto? A mí me gusta graficar con ejemplos claros para que ustedes, amigos lectores, entiendan perfectamente este aspecto tan primordial en este deporte. Acabamos de ver tres partidos entre Barcelona y Atlético de Madrid, uno por liga y dos por Copa del Rey, donde justamente resaltó la intensidad del juego. Primero me referiré al Atlético, equipo que, básicamente, propone sus partidos desde esa óptica. El campeón español reduce espacios para defender, no deja jugar al rival, lleva el partido al límite del reglamento y, a partir de esto, contraataca y hace daño al rival. Además, también puede esperar una jugada de táctica fija, que es donde mejor le va. Todo esto con un trabajo increíble que impuso Diego Simeone y que llevó al plantel al éxito. Ahora, la línea entre dicha ‘intensidad’ y jugar fuera del reglamento es muy delgada. Y esto lo vimos en el partido de vuelta de la Copa del Rey, donde el Atlético se pasó de revoluciones en su intento por remontar la serie y apeló a una violencia desmedida. ¿Resultado? Dos expulsados y la eliminación. En el otro lado, el Barcelona. A todos nos queda en la retina el equipo dirigido por Josep Guardiola, posiblemente el mejor de la historia. Luis Enrique, el actual técnico, ha intentado desde su llegada dotar a los azulgranas de la intensidad que habían perdido. No olvidemos que esto, en el Barza, significaba recuperar el balón lo más rápido posible. Cuando lo tenían, el rival debía correr mucho para quitárselo. Después de muchos errores, Luis parece haber encontrado el equipo base. Este Barcelona no tiene el juego tan vistoso como el de Guardiola, pero sí ha recuperado la intensidad para robar el balón y un juego más directo y efectivo que le está dando buenos réditos. Aquí tenemos dos equipos que juegan con intensidad. Uno, como el Atlético, basa su juego en esta premisa, incluso para atacar; el otro, como el Barza, utiliza la intensidad para recuperar el balón y luego, con la posesión, se ‘enfría’ para hacer daño con sus extraordinarias individualidades. Estoy convencido de que esta característica, la intensidad, es primordial en el fútbol moderno, pero cuidado cuando el grupo no es inteligente para desarrollar la tarea. Entonces, pasa lo que sucedió con el Atlético en su último duelo con Barcelona. Una pregunta para el final: ¿en el Perú se juega con intensidad? No, definitivamente no, pero esto lo veremos en otra columna donde explicaremos por qué no podemos ser intensos en el juego.

Nuestra selección sub-20 ya está en el hexagonal final del Sudamericano de Uruguay. En una columna anterior les hablaba de la confianza que tenía en este plantel, pero luego de ver toda la primera parte del torneo –y a pesar de la clasificación–, el equipo me dejó más dudas que certezas. Salvo el primer partido contra Ecuador, donde la selección mostró cierta solvencia, el rendimiento decayó notablemente.

A raíz de la salida de Pablo Bengoechea de la dirección técnica de la selección, volvió a ser un tema central la elección del nuevo DT y, con esto, vuelve a surgir la eterna discusión sobre qué tipo de técnico necesitamos y qué “escuela” es la más conveniente para nuestro equipo nacional.

Este lunes se entregará el premio Balón de Oro al mejor jugador del mundo del 2014. Este galardón lo entregó siempre la revista francesa France Football hasta el año 2010. Es a partir de ese momento que la editorial Amaury, propietaria de la mencionada revista, se unió con la FIFA para que se entregue dicho premio, y por eso ahora lo llaman FIFA Balón de Oro.

Cada año que comienza nos trae algunas interrogantes para nuestro querido fútbol. Mucha gente me pregunta al respecto y yo solo les puedo decir que tengo mucha fe en que nuestra situación mejore. En lo que respecta a nuestra selección, que pronto afrontará la Copa América y el inicio de las Eliminatorias, lo primero debe ser la nominación del técnico. Contrario a lo que muchos piensan, creo que se debe tomar el tiempo necesario en esa búsqueda, pues el primer compromiso amistoso será en marzo. Felizmente, la nueva directiva de la FPF está llevando el camino por ese lado. Si bien este tema es quizá el más mediático en los primeros días de la nueva gestión, también es cierto que la decisión que se tome al respecto será por los próximos cuatro años. Hay que encarar esto con el mayor profesionalismo posible.

Terminó, al fin, el campeonato local con el título para Sporting Cristal en una definición emotiva y por muchos momentos muy bien disputada. Me atrevo a decir que estos tres encuentros fueron los mejores del año en lo futbolístico. En un torneo como el nuestro, plagado de tremendas deficiencias, Cristal y Aurich dieron tres excelentes partidos, sobre todo los dos últimos, así que va para ambos mi felicitación. Ahora bien, como estábamos abocados a esta definición, se me quedaron en el tintero algunas cosas que comentar, situaciones que se dieron a raíz de estos partidos. Lo primero: no es posible que por el capricho de un político se hayan suspendido partidos sin justificación alguna. Tengo cierta experiencia al respecto, debido a mi paso como gerente en Cristal, y puedo asegurar que la Policía Nacional está capacitada para brindar seguridad en todos los encuentros. Evidentemente, el tema pasó por el lado político.

Cristal y Aurich ya se enfrentaron en sus respectivas sedes y todavía no se define al campeón del 2014. Como habíamos previsto, era muy posible que se fueran al tercer partido y esto se definirá este domingo en Trujillo. En Chiclayo, lo más resaltante fue la recuperación del Aurich en el segundo tiempo. Después de haber sido dominados largamente en la primera etapa, los norteños salieron al complemento con una actitud totalmente distinta y metieron en su arco a Cristal, esto también por el excesivo retroceso de las líneas celestes. Al final, Diego Penny fue figura.

Mañana se juega la primera final por el título nacional 2014 entre Juan Aurich y Sporting Cristal. Seamos honestos, no son los equipos más regulares del año. Aurich ganó el Apertura y Cristal se alzó con el Clausura, lo que les permite estar en la definición. Lo que sí es una realidad es que las dos instituciones son ejemplos de orden y formalidad. Este, sin lugar a dudas, es el camino a seguir por el resto. No hay otra vía para mejorar, es la única. Ahora, en lo futbolístico, la pregunta que nos hacemos es cómo llegan.

Se jugó, al fin, la final del Clausura y mucha gente me preguntaba no tanto por qué ganó Cristal, sino por qué perdió Alianza, cosa que me sorprendió mucho. Simplemente, les respondía que perdió porque no jugó bien. Ahora, desmenucemos en el análisis lo que pasó en Arequipa.