26.NOV Martes, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
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Opinión

A raíz de la salida de Pablo Bengoechea de la dirección técnica de la selección, volvió a ser un tema central la elección del nuevo DT y, con esto, vuelve a surgir la eterna discusión sobre qué tipo de técnico necesitamos y qué “escuela” es la más conveniente para nuestro equipo nacional.

Los años que tengo en el fútbol me han permitido constatar que en el único país donde hay uniformidad de criterios para poder decir que hay una escuela es Holanda; uno puede encontrar diversas metodologías de trabajo entre los técnicos, pero, al final, el estilo, que no es otra cosa que la manera como se juega, es el mismo y esto lo mantienen a través de los años.

No es casualidad que Johan Cruyff haya llevado esto al Barcelona y a través de los años se consolide una filosofía que se trabaja desde La Masía, el centro de alto rendimiento de los catalanes.

Pero esto no nos puede llevar a pensar que esa es la escuela española. Allí encontramos que los equipos juegan con estilos diferentes, dependiendo del técnico que tengan.

Hubo una equivocación al respecto, pues la selección española que conquistó la Eurocopa y la Copa del Mundo tenía ese estilo de juego, pero esto era porque la base de ese equipo era del Barcelona, y tanto Aragonés y después Del Bosque dejaron que eso fluya con la naturalidad en el juego que todos conocimos.

Otro país donde se trabaja muy bien y que se puede tomar como ejemplo en lo que concierne al trabajo de menores es Francia, pero sin llegar a lo de Holanda. Posiblemente con los años se hable de la escuela francesa como comentamos ahora de la holandesa, pero todavía no llegamos a eso.

Recuerdo, muchos años atrás, que en nuestro medio se habló mucho de la ‘escuela’ yugoslava y esto no fue más que una moda que, de tanto en tanto, se presenta en nuestro fútbol, y terminó por ser solo una ilusión que pasó. Lo que había eran técnicos de esos lares que eran exitosos, pero uno veía jugar a sus equipos y nos encontrábamos con estilos totalmente contrapuestos y eso nos hizo ver que esa tan comentada “escuela” no existía; simplemente fue una moda más.

Por eso, para escoger al técnico de la selección, no hay que pensar mucho en escuelas, sino en una persona, primero con mucha personalidad y con un liderazgo que permita que el jugador, principalmente, lo vea como un referente y como una persona capaz de hacerlos CREER en un cambio, el cual necesitamos trabajar desde el primer día de su llegada.


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