26.NOV Martes, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
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Opinión

Real Madrid, el mejor equipo del mundo, entró en ‘crisis’. La última derrota contra el Atlético de Madrid encendió las alarmas del equipo merengue. Es el puntero de la liga, pero definitivamente —desde que empezó a jugar luego del receso invernal– ha dejado de funcionar como lo había hecho en la primera mitad del campeonato español. Por supuesto, las explicaciones para esto son innumerables. Desde que el equipo juega mejor sin Cristiano Ronaldo –algo ridículo– hasta que los jugadores del Madrid no están comprometidos con el club; esto a propósito de la fiesta de cumpleaños del portugués la misma noche que el Atlético le hizo cuatro goles. Yo tengo una explicación mucho más simple. Incluso en el fútbol de alto nivel, los rendimientos de los jugadores son cíclicos. Es imposible sostener un ritmo similar durante todo el año. En este momento, además de las numerosas lesiones que han castigado al plantel, la mayoría de los futbolistas ha bajado su nivel y esto se ha hecho notorio. Ahora solo depende de Carlo Ancelotti y su cuerpo técnico definir la mejor estrategia para que sus dirigidos, poco a poco, recuperen su mejor forma, algo clave para aguantar el vendaval que se viene a sus espaldas. Barcelona y Atlético, sus escoltas a uno y cuatro puntos, respectivamente, sí están en muy buena forma y son una amenaza. En cualquier parte del mundo donde los torneos son de largo aliento, lo más importante no es cómo se empieza sino cómo se termina. Todavía falta un buen trecho y el Madrid tendrá el tiempo suficiente para recuperar su nivel, aunque es cierto que esta baja de producción del equipo, sumada al buen rendimiento de sus perseguidores, hará que veamos un vibrante final de liga española.

Con respecto a Ronaldo, sintomáticamente bajó su desempeño desde que recibió el Balón de Oro. El jugador luso tiene que estar permanentemente comprometido con algo y la presión de ganar más hace que su rendimiento se mantenga en lo alto. Según parece, en este momento se le ve como relajado y sus actuaciones están, posiblemente, en su nivel más bajo en mucho tiempo. Por si fuera poco, las imágenes de su fiesta de cumpleaños posgoleada en el derbi de Madrid cayeron muy mal en tienda merengue y en un sector de los aficionados. Pero esto me lleva a una última reflexión respecto a las inconductas de los jugadores de fútbol: en cualquier parte del mundo se ven desde la óptica del resultado (victoria o derrota) y en esto no se castiga el pecado sino el escándalo.


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