El ministro venezolano del Interior, Miguel Rodríguez, aseguró que los supuestos sicarios colombianos contratados para matar en agosto pasado al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, iban a cobrar por ello unos US$10,600.
El ministro reveló que intercambió “datos con el cuerpo de inteligencia” de Colombia sobre las personas que idearon la llamada “Operación Carpeta Amarilla” y también fue autorizado a interrogar a algunos de los supuestos implicados en su ejecución, según informa hoy la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
El Gobierno venezolano informó a mediados de agosto pasado de la detención en Venezuela de los dos supuestos mercenarios colombianos que iban a disparar contra el gobernante, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, implicó en el hecho al exmandatario colombiano Álvaro Uribe.
Según indicó el ministro venezolano en su programa A Toda Vida Radio, reseño AVN, pudo interrogar en una cárcel de Colombia a Óscar Alcántara González, apodado “Gancho Mosco”, condenado por uso de menores de edad en delitos de homicidio y narcotráfico, identificado como la persona que contrató a los dos jóvenes detenidos en Venezuela.
Ambos portaban fusiles “con mira láser” cuando fueron apresados el pasado 15 de agosto en un hotel de una localidad cercana a Caracas, y su aprehensión contó con el apoyo de la inteligencia colombiana, informó el ministro.
Rodríguez también se entrevistó en Colombia con una mujer que no identificó y que supuestamente confirmó que los detenidos, Víctor Gueche, de 22 años, y Erick Huertas, de 18, iban a perpetrar el magnicidio.
“Ella nos dijo que ciertamente esos muchachos venían a Venezuela a cometer un homicidio: Venían a matar a alguien de alto nivel y gran peso político”, sostuvo.
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