La Fiscalía italiana apunta cada vez más a la responsabilidad del capitán del Costa Concordia, Francesco Schettino, en el accidente que provocó el naufragio del crucero a principios de año y que dejó 32 muertos.
Después de una semana de vistas preliminares, en las que fueron analizadas las diferentes pruebas e informes periciales, los fiscales decidieron interrogar de nuevo a todos los acusados, Schettino incluido.
El fiscal del caso, Francesco Verusio, afirmó anoche que la responsabilidad del capitán en el naufragio se ha confirmado totalmente y pesa tanto como una “lápida”.
La defensa de Schettino consideró por el contrario que la posición del marino es mejor ahora que antes de las vistas preliminares, después de apelar a la responsabilidad en el accidente de la guardia costera, la naviera Costa Crociere y a problemas de comunicación con el timonel del barco, de nacionalidad indonesia.
Pero los peritos que participaron en la fase de instrucción contradijeron la versión de la defensa, mientras que la naviera se ve liberada de responsabilidad porque, según los informes, su unidad de crisis no tuvo tiempo para acudir en socorro del barco naufragado.
Los informes indican además que, sin conocimiento de Costa Crociere ni de las autoridades portuarias competentes, Schettino se aproximó demasiado a la isla de Giglio, lo que provocó que la nave encallara en unas rocas.
El proceso podría comenzar el próximo año. Además, se abrió sumario contra al menos nueve personas más, entre oficiales de a bordo y responsables de la naviera.
Schettino está acusado de homicidio imprudente, del naufragio de la embarcación y de haberla abandonado antes de que concluyera la evacuación.
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