La vida privada de François Hollande acapara la actualidad en Francia, tras las revelaciones sobre la relación del presidente con una actriz y la hospitalización de su compañera Valérie Trierweiler, un día antes de una importante rueda de prensa.
A horas de esa conferencia, cuyo tema central debía ser la situación económica, Hollande se ve obligado a dar explicaciones porque esas revelaciones se producen en el peor momento para el presidente, que esperaba poner punto final a la página de un año 2013 catastrófico.
Hollande ahora está empantanado en un folletín que incomoda a sus partidarios y permite a la oposición denunciar un descrédito de la función presidencial.
El jefe de Estado no podrá evitar que se le hagan preguntas al respecto, aunque su equipo, al igual que el diputado socialista Jean-Christophe Cambadélis, señalan que los franceses no otorgan importancia a esta historia por considerar que lo que deben hacer sus dirigentes es “solucionar los problemas” de los ciudadanos y no “los problemas de pareja”.
Un sondeo indicó que este caso no tiene ninguna incidencia sobre la popularidad, ya muy baja, de Hollande. El 77% de los encuestados consideró que el asunto compete estrictamente a la esfera privada.
Pese a ello, Pierre Lellouche, exministro del gobierno de derecha de Nicolas Sarkozy, afirmó que le preocupan las posibles repercusiones de este asunto.
“Cuando el país va mal, que nuestro presidente pase su tiempo haciendo eso es percibido como una prueba suplementaria de que Francia está decididamente más dotada para los chistes picantes que para las reformas económicas”, dijo.
En cambio, otro dirigente de la derecha, Alain Juppé, consideró “odioso” que la prensa se inmiscuya e la vida privada del presidente. “Toda persona, incluyendo al presidente de la República, tiene derecho al secreto de su vida privada”, dijo.
La tradicional indulgencia de los franceses con los amoríos de sus dirigentes es puesta a prueba esta vez por otra revelación, según la cual el departamento en que Hollande se reunía con la actriz Julie Gayet le habría sido prestado a esta por una colega, Emmanuelle Hauck, que tuvo relaciones sentimentales con mafiosos corsos.
Le diario Le Monde evocó un mal funcionamiento de los servicios del Elíseo, dado que no verificaron que no hubiera ningún elemento problemático para la seguridad del presidente en el departamento, situado cerca del palacio presidencial.
Según el diario Le Parisien, Valérie Trierweiler, la compañera de Hollande, que tiene su despacho en el palacio presidencial y que lo acompaña en los viajes oficiales al extranjero, se enteró por el presidente de lo que ocurría el jueves por la tarde, poco antes de que la relación fuera revelada por la revista Closer.
Hospitalizada el viernes a raíz de una depresión, “parece estar dispuesta a perdonar”, pero “quiere saber muy rápidamente cuáles son las intenciones de Hollande”, escribió el lunes el diario, citando a uno de sus colaboradores.
El presidente Hollande no se casó nunca, ni con Valérie Trierweiler, ni con su precedente compañera, Ségolène Royal, con la que tuvo cuatro hijos.
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