Líderes de Egipto respaldados por las Fuerzas Armadas juraron hoy en un nuevo gabinete interino tras una noche violenta en las calles, pero ningún ministerio quedó en manos de representantes de los principales grupos islamistas del país, que han ganado cinco elecciones consecutivas desde 2011.
Siete personas murieron y 260 resultaron heridas en grescas durante la noche, que mostraron que el país aún está lejos de la estabilidad.
En un salón del palacio presidencial, 33 ministros del gabinete se turnaron para jurar ante Adly Mansur, un juez que fue nombrado presidente interino por el Ejército después de derrocar al islamista Mohamed Mursi el 3 de julio.
El jefe de las Fuerzas Armadas que removieron a Mursi, Abdel Fatah al Sisi, juró en el puesto de viceprimer ministro interino, por debajo de Hazem el Beblaui, un economista liberal de 76 años a quien se le confió la tarea de implementar una “hoja de ruta” para restablecer un Gobierno civil y reparar la economía.
Pero el movimiento Hermanos Musulmanes de Mursi, que ha dicho que no tendrá nada que ver con política hasta que este sea restituido, rechazó el Gobierno interino como ilegítimo.
“Es un Gobierno ilegítimo, un primer ministro ilegítimo, un gabinete ilegítimo. No reconocemos a nadie en el mismo. Ni siquiera reconocemos su autoridad como representantes del Gobierno”, dijo el portavoz Gehad el Haddad a Reuters.
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