Egipto prohibió hoy el ingreso al país del director ejecutivo de la organización Human Rights Watch (HRW), Kenneth Roth, y a otra empleada que intentaban presentar un informe sobre la muerte de manifestantes islamistas tras el derrocamiento militar del presidente, Mohamed Morsi, el año pasado.
Roth y la directora para Medio Oriente y Norte de África Sarah Leah Whitson tenían planeado informar a diplomáticos y periodistas sobre los hallazgos de su investigación tras el desalojo violento de un campamento de protesta de seguidores de los Hermanos Musulmanes en la plaza Rabia al Adawiya en agosto de 2013.
“Es la primera vez que las autoridades egipcias niegan la entrada a personal de HRW, incluso desde el gobierno de (Hosni) Mubarak”, señaló la organización en un comunicado colgado en su página web.
El reporte, que se publicará el martes, documenta las masacres durante seis manifestaciones entre julio y agosto del año pasado, en la que entrevistaron a más de 200 testigos y visitaron las zonas de las protestas.
Se revela, además, que la policía y el ejército de Egipto “dispararon metódicamente” y mataron a por lo menos 1,150 personas durante la dispersión de otras cinco protestas. Nadie ha rendido cuentas por la represión y no se ha hecho pública ninguna investigación formal.
RESPUESTAS CONSTRUCTIVAS
En un comunicado difundido hoy en Nueva York, el organismo Human Rights Watch lamentó lo sucedido en Egipto y pidió a las autoridades de dicho país una respuesta “constructiva” sobre lo sucedido.
“Íbamos a presentar un informe serio que merece una atención seria. En vez de negarnos el acceso deberían tomar en cuenta nuestras conclusiones y recomendaciones”, dijo el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth.
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