El exjefe de la Policía represiva de la dictadura militar chilena, Odlanier Mena, se suicidó horas antes de ser trasladado de un penal exclusivo para violadores de derechos humanos a otro con menos beneficios, ubicado en las afueras de Santiago.
El general en retiro, de 87 años, hizo uso de un beneficio penitenciario que le permitió salir hasta su casa en la acomodada comuna de Las Condes, al oriente de Santiago, lugar donde se quitó la vida. Mena, que debía regresar el domingo al penal Cordillera, se disparó en el cráneo en horas de la mañana.
El militar estaba condenado por tres asesinatos cometidos por un grupo de uniformados enviados por el dictador Augusto Pinochet al norte del país para agilizar los consejos de guerra contra presos políticos.
“Este es el resultado de lo que se ha fraguado en este último tiempo”, afirmó el abogado de Mena, Jorge Balmaceda. “Ojalá que sirva para la conciencia de las personas que adoptaron esta decisión tan grave” de trasladar a los violadores de derechos humanos durante la dictadura (1973-1990) a una prisión con menos beneficios, añadió.
PRESIÓN DE ACTIVISTAS
El presidente chileno Sebastián Piñera dispuso el cierre del penal exclusivo de Cordillera el jueves ante la gran presión de activistas de derechos humanos y de políticos de centroizquierda que se quejaron por los enormes privilegios de los que gozaban los ochos generales y dos coroneles recluidos en esa cárcel ubicada en un regimiento del ejército en los faldeos precordilleranos de la ciudad.
Los reos disfrutaban de visitas diarias y estaban distribuidos en cinco cómodas cabañas. Además contaban con televisión por cable y una zona para hacer asados.
“No puedo dejar de pensar en cuántos y cuántos perdieron sus vidas y ya no están con nosotros porque existieron personas como Odlanier Mena, quien fue capaz de cometer crímenes, infringir tanto dolor a hombres y mujeres por el hecho de sólo pensar distinto”, dijo la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, al enterarse de la muerte de Mena.
Pizarro criticó que, a pesar de su condena, Mena “gozaba de sus beneficios carcelarios y gozaba de una cárcel como el penal Cordillera”.
Cordillera fue construido en el año 2004 durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos (2000-2006) por el hacinamiento del primer penal destinado solo para criminales de lesa humanidad, Punta Peuco, a 40 kilómetros al norte de Santiago.
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