MADRID.– Gracias. Por las pulsaciones, por la tensión y el sudor. Gracias por ser seres tan diferentes y tan comunes a la vez. Gracias por utilizar una pelota y sacarnos por dos horas de nuestros problemas. Gracias por existir y transformar una Supercopa de España en algo único. Supercopa que levantó el Madrid tras ganar 2-1, que mereció el Madrid, pero que disfrutó el mundo.
Tras el 3-2 en Barcelona, el cuadro merengue salió a jugar con el ‘ojo del tigre’. Pepe le puso la pierna fuerte a Messi en la primera jugada, marcando su territorio. Lo propio hizo Sergio Ramos con un irresoluto Alexis Sánchez. Khedira y Xavi Alonso cortaron el nexo Iniesta-Xavi-Messi.
Cristiano Ronaldo, Özil, Di María e Higuaín buscaron ponerse cara a cara con la lenta defensa ‘culé’. El ‘Pipita’ erró la primera a los 6’, pero cuatro minutos después aprovechó la falla de Mascherano y definió. Barcelona sintió la baja de Dani Alves (se lesionó en el calentamiento) y Busquets no se dio abasto en la recuperación.
A los 18’, la pelota estaba tan arriba que era casi imposible controlarla. Solo ‘CR7’ podía hacerlo y, no contento con eso, metió un taco genial para llevarse a Piqué antes de hacer el segundo. Era un baile con traje blanco. Messi deambulaba y Adriano era una puerta abierta en la derecha antes de ser expulsado, a los 27’, cuando vio la doble amarilla por trabar a Ronaldo.
Tan mal estaba el ‘Barza’ que Messi se convirtió en Pepe y le aplicó al luso una patada. Hasta que, a los 36’, con un disparo de Iniesta, despertó el hasta ayer vigente campeón. Messi, con un tiro libre, volvió a derrotar a Casillas y, con el reloj en 44’, el partido se abrió. Aunque Ronaldo (45’) y Di María (46’) casi vuelven a ampliar.
AL FILO DEL ABISMO
Un Barcelona distinto salió a jugar. Iniesta apareció y Messi se tiró a jugar metros atrás para generar faltas. En el Madrid, el cansancio apareció. Pedro, a los 61’ y 64’, casi empata, pero allí estuvo Casillas. Luego, Khedira replicó con una entrada a los 68’ y, esta vez, fue Valdés quien reaccionó.
El Bernabéu entró en pánico. Jordi Alva no pudo a los 75’ e Higuaín se encontró con el poste a los 79’. Eran emociones constantes, pulsaciones que llegaban a mil. Luka Modric pisó la cancha y tranquilizó al Madrid. Su primer toque fue una habilitación y, su segundo, un ‘mano a mano’ (90’). La última fue un zurdazo de Messi a los 92’. Novena Supercopa para el Madrid con una ‘Real’ presentación, pero gracias a los dos. Al que ganó y al que perdió. Nunca olvidaremos lo que hicieron.
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