EL CAIRO (AFP).– Al menos 65 personas fallecieron en El Cairo por los enfrentamientos entre partidarios del presidente derrocado Mohamed Mursi y las fuerzas de seguridad –los más mortíferos desde su caída–, lo que ha llevado al nuevo gobierno a anunciar su voluntad de ponerles fin a las protestas islamistas. Ambos bandos se echaron la culpa de la violencia, que en solo un mes ha dejado más de 250 muertos.
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