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"Natalia Málaga es mi segunda madre"

“Quien sueña como grande, será grande algún día. A los jóvenes les aconsejo que enfrenten con mucho coraje los obstáculos”, nos dice la líbero de la selección nacional de vóley de menores.

Foto: José Rojas/USI.
Foto: José Rojas/USI.

Violeta Delgado,Voleibolista
Autor: Randy Cardozo.
rcardozo@peru21.com

A sus 16 años y a pocos meses de terminar la secundaria, la ‘matadorcita’ Violeta Delgado tiene una popularidad que nunca imaginó: la piropean en su cuenta de Facebook, firma autógrafos y sus admiradores le piden que se tome una foto con ellos. Sin embargo, eso no llena el vacío que siente por no ganar una medalla en el Mundial de Vóley de Tailandia. Por ello, su meta y la de sus compañeras es campeonar en el deporte de la net alta.

¿Pensaste que ibas a ser tan popular, casi famosa?
(Ríe) No creo que sea fama. La gente expresa su gusto por el deporte y porque hay chicas que ponen en alto el nombre del Perú. Particularmente, estoy muy agradecida por sus mensajes de aliento, por los reconocimientos, por estar atentos a las actividades de la selección. Sé que pudimos hacer mejor las cosas en el Mundial de Tailandia, pero en fin, ya dimos vuelta a la página.

¿Cómo te adaptaste a los ‘ajos y cebollas’ de Natalia?
Fue progresivo. El primer día que estuve bajo su dirección me impactó bastante su fuerte carácter. Recuerdo que las dos semanas siguientes me sentía mal, no sabía qué hacer. Mi mamá, Sulma, solía decirme que el temperamento de Naty era así y nadie la iba a cambiar. Luego me di cuenta que no actuaba por mala, sino que ella luchaba porque mis compañeras y yo crezcamos, no solo en el aspecto profesional, sino también en lo personal. Desde entonces, para mí, Natalia Málaga es mi segunda madre.

¿Qué otros consejos rescatas de tu entrenadora?
Sus palabras me ayudaron un montón. Ella nos aconsejaba que a todo rival grande lo veamos como pequeño; y al pequeño, invisible. También nos pedía cuidar nuestra vida privada, y a amar cada día a nuestros padres, no tratarlos mal.

¿Qué les dirías a las exvoleibolistas, hoy congresistas, que entraron en dimes y diretes tras el homenaje que les realizaron?
Ellas ya son mayores y tienen sus propias ideas políticas. No me gustaría que se perjudiquen. Las admiro mucho porque representaron al Perú y lo hicieron mejor que nosotras. Antes de partir rumbo a Tailandia a jugar el mundial, recuerdo a la parlamentaria Leyla Chihuán cuando iba a los entrenamientos, en Lima, a darnos aliento.

¿Qué has tenido que sacrificar por el vóley?
Desde hace tres años ya no puedo viajar con mi familia a vacacionar en julio a Punta Sal o al extranjero, porque se me presentaban los entrenamientos y una serie de competencias. Es complicado. Ya en la selección llenaba ese vacío compartiendo mis ratos libres con Luciana del Valle, Andrea Urrutia, Hilary Palma y Cristina Cuba, con quienes me peleé, reconcilié, disfruté y lloré de nostalgia.

¿Alguna anécdota?
Recuerdo que cuando estábamos relajando los músculos en una tina llena de hielo antes del partido contra Serbia, se me cayó el dije de mi collar en la tina. ¡No sabía qué hacer, pues era mi cábala! Así que Natalia, las chicas y yo empezamos a buscarlo durante 40 minutos y al fin lo encontramos. El gesto de ayudarme reveló algo muy lindo: que todas éramos un equipo y que juntas conseguiríamos lo que nos tracemos.

¿Por qué se nos escapó el triunfo frente a China en la semifinal?
Tuvimos demasiada tensión y ansiedad de ganar ese partido, además no tuvimos suerte. Creo que hubo inmadurez mental, pues de repente nos bloqueamos, no podíamos armar o defender. Fue un partido que pudimos haberlo ganado, pues estábamos 14 sobre 11 (quinto set) y nos faltaba un punto, pero el desenlace no fue a nuestro favor. Creo que ese encuentro fue una final adelantada.

¿Cómo fue el partido con Eslovenia, su entrenador dijo que le iba a ganar 3-0 a Perú?
Horas antes del partido frente a las eslovenas, ellas nos decían en nuestra cara: We win tomorrow! (les vamos ganar mañana). Se chupaban los dedos en nuestra cara como muestra de burla. Incluso, para desconcentrarnos, ellas tocaban adrede la puerta de las habitaciones donde nos hospedábamos. Toda esa descortesía y malcriadez nos hizo sentir rabia, pero nos la cobramos en la cancha ganándoles 3 a 0. Les agradecemos a las eslovenas, esa cólera nos sirvió para ganarles.

¿A quién admiras?
Me gusta cómo juega la dominicana Brenda Castillo. Su garra y habilidad son formidables. Admiro también a las personas que salen adelante pese a sus limitaciones económicas y sociales.

¿Qué proyectos tienes?
Me inclino más por formar mis empresas. Ni bien termine el colegio, estudiaré la carrera de Ingeniería empresarial. Me fascina todo lo relacionado con la economía, los porcentajes, las leyes de la oferta y la demanda.

AUTOFICHA

- Soy limeña de nacimiento (17 de octubre de 1996), pero trujillana de corazón, pues en esta hermosa ciudad norteña di mis primeros pasos como voleibolista.

- Integré el equipo que ganó la medalla de oro en el Sudamericano de Menores 2012, la primera para el Perú en esta categoría.

- Me alegra saber que la afición se despertaba muy temprano para ver los partidos, y es emocionante que en la calle nos feliciten por el cuarto lugar.


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