ROMA (Agencias).– El papa Benedicto XVI tuvo ayer una emotiva despedida en su última audiencia general, en la cual reconoció que comprendía la gravedad de su decisión de convertirse en el primer pontífice en renunciar en casi 600 años, pero aseguró que lo había hecho “por el bien” de la Iglesia Católica.
Frente a unas 150 mil personas que se dieron cita en la Plaza de San Pedro, el saliente pontífice manifestó que su papado había tenido momentos de alegría pero también dificultades, cuando “parecía que el Señor estaba durmiendo”. Esto en alusión a la filtración de documentos secretos, conocido como VatiLeaks, y a las denuncias de abuso sexual contra sacerdotes y obispos.
Sentado en un trono color marfil a los pies de la Basílica de San Pedro, y frecuentemente interrumpido por los aplausos del público, Benedicto XVI expresó: “Hubo momentos en los que las aguas estuvieron agitadas y en los que hubo viento en contra”. Cuando concluyó su discurso ante los espectadores –entre quienes había muchos cardenales con mitras rojas–, se puso de pie para aplaudir.
LA RENUNCIA
Joseph Ratzinger –verdadero nombre del Papa– aseguró que tenía mucha fe en el futuro de la actualmente atribulada Iglesia Católica y agregó: “Di este paso en completa conciencia de su gravedad y rareza, pero también con profunda serenidad”.
Benedicto XVI renunciará hoy a las 8 de la noche (hora de Roma) y, luego, los 115 cardenales iniciarán las reuniones con miras al cónclave que elegirá a su sucesor.
El pasado 11 de febrero, el pontífice había alegado que estaba muy anciano y débil para continuar liderando a una Iglesia inmersa en una crisis debido a los escándalos de abusos contra niños por parte de sacerdotes y a filtraciones de documentos confidenciales del Vaticano que mostraban corrupción y rivalidad entre autoridades internas.
El líder católico sostuvo, además, que no estaba “bajando de la cruz” pese a renunciar a su puesto, sino que permanecerá al servicio de la Iglesia a través de la oración. Pidió a sus fieles que oren por los cardenales y por el prelado que elegirán para sucederlo.
EL PASO AL RETIRO
Hoy, por la mañana, Joseph Ratzinger saludará a los cardenales de Roma, muchos de los cuales deben formar parte del cónclave para elegir a su sucesor. Y por la tarde volará en helicóptero a la residencia papal de Castelgandolfo, un viaje que durará 15 minutos.
En ese lugar hará una aparición pública desde la ventana para saludar a los residentes de la localidad, la que será su última aparición pública como Benedicto XVI. A las 20 horas (1 p.m. en el Perú), la Guardia Suiza se retirará, en una señal de que el papado está vacante.
El saliente líder del catolicismo permanecerá dos meses en retiro para no interferir en la elección de su sucesor, quien heredará una Iglesia marcada por los Vatileaks y por los escándalos de abusos sexuales contra niños que involucran a sacerdotes en Europa y EE.UU., factores que habrían llevado a Ratzinger a renunciar.
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