En un verdadero infierno se convirtió ayer el kilómetro 57 de la Panamericana Sur: personas de toda edad quedaron atrapadas en medio del intenso sol, algunos jóvenes comenzaron a recorrer kilómetros en busca de agua y otros –simplemente– se resignaron a refugiarse dentro de sus vehículos. Fueron más de dos horas que la vía permaneció bloqueada por cerca de 200 pescadores artesanales que protestaban contra las empresas industriales.
Eran cerca de las 10:30 de la mañana, hora en la que cientos de limeños suelen salir hacia el sur para disfrutar un día de playa. De pronto, se encontraron con 60 pescadores que –con palos y carteles en mano- cerraron las dos vías de la Panamericana Sur, en Pucusana.
En ese momento, la presencia policial era nula. Así, los pobladores de los alrededores se sumaron a la medida de protesta. Ellos exigían ser escuchados por el Gobierno y para ello solicitaron la presencia de los medios de comunicación.
Mientras eso ocurría, se comenzaban a formar largas filas de vehículos. Desesperados conductores se desviaban por otras rutas, pero de pronto todo se volvió un caos.
“Estamos atrapados, no tenemos hacia dónde salir y solo hay siete u ocho policías que no pueden hacer nada”, señaló una desesperada mujer que tenía a sus menores hijos junto a ella.
CONTRA EMPRESAS
Los minutos transcurrían y nada parecía convencer a los pescadores. “Esta es la única manera de que nos escuchen. Están cometiendo un abuso y las responsables son las grandes empresas industriales que se llevan la mayor parte del pescado. Ellos afectan nuestros ingresos económicos y nosotros ya no tenemos ni para comer”, refirió uno de los dirigentes.
Tuvo que transcurrir más de una hora para que la Policía enviara refuerzos. El jefe de la Sétima Región, general Carlos Gómez, hizo un llamado a los manifestantes para que se retiraran de la vía antes de que se comenzaran a arrojar bombas lacrimógenas.
Fue después de casi dos horas y cuando ya se habían formado filas de autos de hasta cinco kilómetros que recién llegaron agentes de las comisarías de Punta Hermosa, San Bartolo y Chilca. Tras persuadir a los pescadores, finalmente, se abrió el tránsito vehicular.
DATOS
- Después de horas de espera, muchas de las familias optaron por regresar a Lima debido al tiempo perdido y el calor. Un contingente de policías se quedó en la zona debido a que los pescadores amenazaron con volver a bloquear la vía.
- Recién después de las 11:00, la Policía envió –desde Lima– a personal de la Unidad de Servicios Especiales (USE). Sin embargo, los agentes llegaron cuando la manifestación ya había sido controlada.
- Los pescadores artesanales denuncian que hay una pesca indiscriminada de jurel y caballa por parte de grandes empresas. Ellos refieren que no tienen para sostener a sus familias.
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