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Opinión

Francisco Cairo,Opina.21
Editor de Deportes de Perú21

Ahora sí Barbosa podrá descansar sin culpa. Ajusticiado durante toda su vida por su error en el gol de Ghiggia, parecía que el arquero del Mundial de 1950 seguiría quemando los arcos del Maracaná por toda la eternidad. Pero la barbacoa duró ‘solo’ 51 años. Barbosa tenía 42 cuando creyó liberarse en esa extraña ceremonia de maderos al fuego. No fue así. Tuvo que llegar Luiz Felipe Scolari para suplantarlo en su rol de villano futbolístico. Barbosa, muerto hace 14 años, no será más el protagonista de la mayor película de horror filmada por el ‘Scratch’. ‘Felipao’ ha llegado para quedarse con un esperpento de marca mayor. Su equipo avanzó hasta la semifinal a trancas y barrancas. Sin talento ni patrón de juego. Con jugadores que no debieron estar y fueron indiscutibles para el DT (Hulk y Fred, por ejemplo). Sostenido apenas por Neymar y Thiago Silva. Cuando no estuvieron los dos mejores, Scolari se vio descubierto, con los pantalones abajo. No tuvo plan B (Kaká, Coutinho, Lucas Moura, Miranda y Filipe Luis debieron ser convocados) ni estrategia que fuera más allá de hacer la diferencia desde lo físico. Se quedó en el tiempo, atado a la victoria en la Copa Confederaciones. Y no supo liderar a su tropa, nerviosa hasta el ridículo durante todo el torneo. El fantasma de 1950 no podrá volver al Maracaná. Ahora penará para siempre en el Mineirao, con ‘Felipao’ al lado.


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