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Elena Iparraguirre amenaza: “Abimael se va a molestar”

HISTORIA DE UN TRASLADO. Perú21 revela las amenazas que lanzó la ‘camarada Miriam’ antes de ser cambiada de penal. Sobre Sendero dijo que “el proyecto continúa, pero con otros procedimientos que ya están en marcha”.

Senderistas aseguran que lograrán sus objetivos con la misma modalidad que ahora pregona el Movadef. (Difusión)
Senderistas aseguran que lograrán sus objetivos con la misma modalidad que ahora pregona el Movadef. (Difusión)

Elena Iparraguirre, la esposa del sanguinario cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, no ha cambiado en los últimos 20 años de prisión. Al contrario, el cuestionario que respondió a la revista británica The Economist, a inicios de este mes, lo confirma claramente: “No he cambiado mis ideas”.

Al respecto, fuentes de Perú21 confirmaron esta aseveración de la ‘camarada Miriam’ pues, horas antes de su traslado al penal de máxima seguridad Virgen de Fátima de Chorrillos, dijo lo mismo y hasta amenazó con la reacción que tendría su esposo, el también condenado a cadena perpetua en la Base Naval del Callao, Abimael Guzmán Reynoso.

LARGA CONFRONTACIÓN
El jueves 13, un grupo de funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) se entrevistó con la ‘camarada Miriam’, en el Penal de Mujeres de Chorrillos, donde le informaron que ella y 28 internas más (la mayoría de su cúpula) debían alistar sus pertenencias para irse al nuevo penal.

Esto se debió a que la entrevista concedida al semanario británico aceleró el traslado ya previsto, debido a que en los últimos diez años ellas habían logrado un trato de presas ordinarias y no de régimen especial, como corresponde a la gravedad de su delito, es decir, terrorismo.

Además, las subversivas ocupaban un pabellón que fácilmente puede albergar a 100 internas comunes.

“Sin embargo, más que una conversación con los agentes del INPE fue una confrontación”, aseguró nuestro informante.

NADA CON LA AUTORIDAD
La senderista puso como pretextos para negarse a ser trasladada que al día siguiente , el viernes 14, era su cumpleaños; que no se iba porque no le avisaron oficialmente con un documento y que los 20 años de prisión en ese recinto ya la favorecían con un trato “especial”. “Entrarán tanques, helicópteros, pero de aquí no me van a sacar”, advirtió.

Sin perder el control, las autoridades le recordaron a Elena Iparraguirre que estaba sometida a un reglamento que debía respetar. “¡Ah! ¡Me están amenazando! ¡Entonces me sacarán muerta de acá!”, respondió señalando que si le pasaba algo (en el traslado), sería responsabilidad absoluta del INPE.

Es más, completamente alterada, metió a su esposo, el ‘camarada Gonzalo’, en la discusión. “¿Cómo recibirá esto Abimael?”, dijo.
Incluso advirtió: “¡Abimael se va a molestar (por el traslado a otro penal)!”.

INTERNA COMÚN
Lejos de hacer caso a sus amenazas, las autoridades penitenciarias le informaron que de todas maneras las iban a cambiar de penal y que solo querían que le informara a su cúpula para que alisten sus cosas para la “mudanza”.

Fue entonces que un contingente de agentes especiales del INPE se situó fuera del penal para frenar cualquier ataque y garantizar el traslado. “(Nosotras) siempre hemos hecho historia y nadie nos va a doblegar”, dijo la ‘camarada Miriam’ antes de dirigirse a su pabellón e informar a sus compañeras de celda sobre el cambio.

Es más, advirtió que “el proyecto (de Sendero Luminoso) continúa, pero con otros procedimientos… estamos en otros tiempos”.

Elena Iparraguirre también detalló que este procedimiento “ya está en marcha”, que “está a la vuelta de la esquina” y que estaban “a puntos de lograrlo”.

“SOMOS DIFERENTES”
En el pabellón senderista y ya enteradas de la medida, las internas gritaron junto a su dirigenta: “¡Nos vamos a ir. Igual siempre hemos hecho lo que hemos querido. Hasta con el perro de (Alberto) Fujimori! ¡Con ese maldito también lo hemos hecho. Nosotras somos diferentes!”. En la acción de rechazo estaban Margie Calvo, Martha Huatay, Margot Liendo Gil, entre otras. Ahora ya no gritan y si lo hacen no se les escucha porque están encerradas bajo el régimen estricto que les corresponde.


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