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Condenan a 18 años de prisión a dueño de centro para adictos

Además, dos trabajadores de la comunidad terapéutica fueron sentenciados a ocho años de cárcel.

APELARON. Los tres condenados se mostraron en contra del fallo emitido por el 24 Juzgado Penal. (Mario Zapata)
APELARON. Los tres condenados se mostraron en contra del fallo emitido por el 24 Juzgado Penal. (Mario Zapata)

El director del centro de rehabilitación Cristo es Amor, de San Juan de Lurigancho, fue sentenciado a 18 años de prisión al ser hallado responsable de las muertes de 30 internos durante un incendio que se produjo en dicho establecimiento en enero de 2012.

Se trata de Raúl García Albornoz, quien en el momento del incidente huyó a su vivienda, en Collique (Comas), en lugar de ayudar a los pacientes. Tampoco se tomó el tiempo de abrir las puertas y ventanas, que se encontraban enrejadas y aseguradas con candados. Por estas razones se le halló culpable de homicidio simple.

Asimismo, Prisciliano Oré Mitma y Julio Matías Torres, trabajadores de la comunidad terapéutica, fueron condenados a ocho años de prisión por exposición de personas al peligro seguida de muerte.

Los tres sentenciados deberán pagar, de manera solidaria, 40 mil soles a los familiares cercanos de cada una de las víctimas. Ante esta decisión, los procesados afirmaron que apelarán el fallo y el monto de la reparación civil.

CULPABLES
El 24 Juzgado Penal de Lima –a cargo de Betsy Munayco– constató que el local no contaba con autorización de funcionamiento ni con personal capacitado para el tratamiento de adicciones.

Una muestra de ello es que cada habitación era compartida hasta por nueve internos debido a que se halló tres camarotes de tres pisos en dichos ambientes, tal como lo precisa la sentencia.

En el primer piso se acogía a 29 personas, y en el segundo, a 27. A pesar de que cada familia pagaba entre 500 y 600 soles quincenales, los internos no recibían los cuidados adecuados y vivían en completo hacinamiento.

También se determinó que los empleados encargados de las llaves se negaron a abrir las puertas, pese a que el fuego comenzaba a propagarse rápidamente. Incluso Julio Matías habría proferido lisuras contra las personas que acudieron a socorrer a los internos.

A manera de justificación, el exdirector del establecimiento afirmó: “Yo empleé lo mismo que hicieron conmigo: la palabra de Dios”. A despecho de todas las evidencias, los tres sentenciados se declararon inocentes.

“SENTENCIAS INJUSTAS”
Las familias de las víctimas señalaron que las sentencias eran “injustas”. Al acabar la diligencia, gritaron: “¡Asesinos!”.

La abogada de los deudos, Nilda Peralta, informó que se presentará una impugnación al monto de la reparación civil. “El pago solidario es insuficiente para la gran pérdida”, indicó.

Alejandra Almanacid, madre del interno Percy Pérez Almanacid (20), recordó que su hijo quedó tetrapléjico y que luego falleció en el hospital debido a las graves heridas. “Solo estuvo ocho días en el centro y me lo matan”, dijo desconsolada.

En tanto, Edgar Prada, tío del paciente Ernesto Carrillo Prada, rechazó el fallo. “No puede ser que sean condenados por 8 o 18 años. Hubo homicidio culposo, no simple. Los tres deben recibir cadena perpetua”, enfatizó.

Añadió que “si hacemos un análisis de la situación, veremos que uno de ellos (personal de seguridad) cerró la puerta y no la abrió a pesar del incendio. Hay culpa en eso y deben pagar ejemplarmente”.

SABÍA QUE

- Las penas impuestas a los procesados son las mismas que había pedido el Ministerio Público.

- Se comprobó que los internos fallecieron por inhalación de elementos tóxicos, tal como lo certifican las necropsias.

- Édgar García, director del centro de rehabilitación, estuvo encarcelado anteriormente por robo agravado, al igual que Julio Matías, trabajador de dicho establecimiento.


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