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"En China, por distinto, la gente me seguía"

“Mi primer libro se llama ‘Desde China, un país fascinante y misterioso’. ‘Misterioso’ porque uno nunca terminará de conocerlo y ‘fascinante’ porque me sigue deslumbrando”, dice el autor de la ‘Enciclopedia de la cultura china’.

Foto: Difusión.
Foto: Difusión.

Guillermo Dañino,Ensayista
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Guillermo Dañino es un sinólogo que tanto sabe del país de Confucio que se ha atrevido a escribir una Enciclopedia de la cultura china, que hoy presenta en Pekín. En esta charla hablamos de sus vínculos con esta nación.

¿Cómo nació su contacto con China?
En San Marcos, donde era profesor, a fines de los 70, donde conocí a unos estudiantes chinos. Un día me llamaron de la Embajada de China y, literalmente, me dijeron: “En nombre de nuestro país, queremos pedirle un servicio: que se vaya enseñar en la Universidad de Nankín”. Jamás imagine que alguien me iba a hacer una invitación semejante. “¿Me da tiempo para reaccionar?”, le respondí (risas). Hasta entonces sabía poco o nada de China.

¿Qué sintió cuando llegó por primera vez?
Fui tratado como si fuera un mandarín (ríe). Tenía auto, chofer, guía turístico y un profesor que era mi anfitrión. Y, créame, me acostumbré inmediatamente a China, pero no por estas comodidades sino por la tranquilidad que se respira. La gente vive tranquila, camina despacio, sonríe… claro, ahora hay más dinamismo. Por otro lado, mi trabajo era muy agradable. Al final, enseñé seis años en Nankín. En ese tiempo visité Japón, Filipinas pero, sobre todo, China: de sus 34 regiones, conozco 33.

¿Se sigue sintiendo extranjero en China?
Al inicio, sí. A fines de los 70 había pocos extranjeros, y en la calle la gente me seguía como si fuese un personaje salido del zoológico, un espectáculo (risas). Yo me divertía y hasta les hacía gestos, pero después me acostumbré. Hoy, como hay miles de extranjeros, ya no llamo la atención, pero, cuando la gente se da cuenta de que hablo chino sí entra en confianza y empieza a conversar conmigo y hasta me lleva a comer a su casa (ríe).

¿Le costó aprender mandarín?
Decir que lo he aprendido sería exagerado, diría que lo conozco a medias… pero eso le pasa a los propios chinos (risas). Es una lengua muy rica y muy difícil, pues sus caracteres no se acaban nunca: hay un diccionario que tiene 30 mil caracteres, que uno tiene que memorizar. Diré que puedo conversar con la gente en chino, y también leerlo, pero trabajándolo, esforzándome.

A propósito, usted también ha actuado en China…
Sí, he trabajado en 25 películas. En una cinta importante, cuyo rodaje duró más de un año, sobre la Guerra Civil entre Mao y Chiang Kai-shek hice un papel de peso: el de embajador de Estados Unidos en ese periodo.

¿Qué le atrae de China?
Dos cosas: Primero, la calidad humana de su gente, al menos de la que yo he conocido. Es gente acogedora, simpática, transparente, generosa, amiga. Segundo, su cultura, la que fui descubriendo poco a poco. Le cuento una anécdota: soy autodidacta, he aprendido el chino por mi cuenta. Un día tuve un problema y fui a buscar a un colega chino. Él me dijo que, por ser de una provincia, no conocía muy bien el mandarín, pero llamó a su hijo de 10 años… y este nos dio la lección. Entonces, el profesor me dijo una frase de Confucio: “Si camino con dos personas, al menos una tiene que ser mi maestro”. Fue una tremenda enseñanza. Allí comprobé que la necesidad es la madre de la ciencia (ríe). Y, desde entonces, con más énfasis empecé a preguntar y preguntar para ver cómo era ese universo llamado China.

Imagino que su documentación sobre China es impresionante…
Me he comprado, en cinco idiomas –español, italiano, francés, inglés y chino–, todos los libros que, sobre China, me han parecido interesantes. Hoy tengo una biblioteca que me ha permitido escribir esta Enciclopedia de la cultura china. Hasta hoy tengo 25 libros publicados sobre la cultura china, los primeros son sobre poesía y cuentos, y otros sobre proverbios, y tengo otros tres más inéditos.

¿Y cómo se animó a escribir una enciclopedia?
Hace ocho años me dije: ¿Por qué no presento todo lo que valga la pena de China, desde mi perspectiva, en una enciclopedia? Y comencé a escribir el libro. Poco a poco fue ganando forma y en cuatro años lo terminé. Empecé a buscar, en Perú, una editorial para publicarla. Fue una cosa frustrante, no conseguí ninguna. Felizmente que no conseguí editorial, pues hoy el libro se ha publicado en la China misma. Créame, desde allí su distribución a los países de habla hispana será mejor.

¿Cómo ve a China hoy?
Hace 34 años conocí un país muy tranquilo, que salía de siglos de opresión… y no hablo de Mao sino de los procesos históricos chinos: la tiranía de la Dinastía Qing (Manchuria), el levantamiento de los Bóxers, las invasiones japonesas (murieron 20 millones de chinos), etcétera. Hoy hay actividades que no me gustan mucho, impregnadas de tradiciones occidentales como, por ejemplo, pensar solo en dinero. Sin embargo, la sociedad china vive hoy un desarrollo extraordinario. Si bien aún hay pobreza, su avance es impresionante, pues sacar de la miseria a cientos de millones de personas no es fácil.

AUTOFICHA

- Nací en Trujillo. A los ocho años me vine a Lima. Soy el último de 17 hermanos. Siempre fui muy estudioso y tranquilo, pero no tímido, me gusta la gente.

- Estudié Literatura, me atraen las Humanidades, no las ciencias abstractas. Hice un doctorado en Semiótica, en Francia.

- En San Marcos, donde era profesor, conocí a fines de los 70 a unos estudiantes chinos. Hasta entonces, solo había leído algo de poesía china, pero no a Confucio.


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