CARLOS CASTILLO
ccastillo@peru21.com
Le toca asumir la vocería de Solidaridad Nacional en momentos de crisis. Gustavo Rondón reflexiona sobre los casos Toledo, Antauro y el problema en el interior de su bancada.
Su bancada se encuentra en el ojo de la tormenta. ¿Cuál es su percepción sobre este momento crítico?
Como médico, no les corro a las emergencias ni a las urgencias, y esta situación la he tipificado así. De buenas a primeras te sorprenden con cosas. Por ejemplo, el congresista Michael Urtecho es reelecto, ha estado dos veces en la vicepresidencia del Parlamento, ha sido vocero, y de un momento a otro está en problemas. Acto seguido, tras una polémica propuesta de ley, vienen algunos cambios que son normales en un partido y, como es obvio, se generan reacciones y fricciones. Entonces, no tienes uno, sino dos pacientes.
¿Le afecta formar parte de un grupo con estos problemas?
No, porque te diré que de los fracasos y de estas cosas un poquito negativas aprendo más. Los seres humanos somos perfectibles y hay gente que tiene exabruptos, y esto hace que nos sorprendamos. Siempre he dicho que los problemas son el mayor estímulo para la superación. Soy muy optimista, muy positivo, y creo que si contribuimos con la crisis, hundimos al partido.
El congresista Urtecho ya está siendo investigado. ¿Cree que el exabrupto de Acuña amerita una sanción?
Ha habido una llamada de atención. Nos hemos reunido y nos dijimos fuertes expresiones. Hemos llamado la atención y, obviamente, todos comprendemos la magnitud de nuestros compromisos. Esta ha sido una fricción interna, y así lo hemos tratado. El congresista Acuña ha salido a ofrecer las disculpas del caso no solo a Michael (Urtecho), sino a todas las personas que pudieron sentirse ofendidas con esas declaraciones.
¿Qué pasó con el proyecto que beneficia a Antauro Humala? ¿A ustedes les llevaron el proyecto y no lo leyeron?
Cuando nos presentan un proyecto, nos explican el objetivo social del mismo, y por eso lo respaldamos…
¿Quién se los explicó?
El congresista Virgilio Acuña.
¿Y les dijo que uno de los beneficiarios era Antauro?
No, pero cuando el tema ya pasa a los análisis te das cuenta de que esta ley, que tiene un espíritu bueno, puede ocasionar problemas. Ahí salta la idea de que debemos analizarlo más. Una segunda cuestión es que no te queda otra que retirar tu firma, y eso es lo que ha pasado para que esto no siga avanzando.
¿Si Acuña les hubiera dicho que el proyecto beneficiaba a Antauro, lo habrían apoyado?
Creo que no. Obviamente, hay que discutir, pero decimos no porque vivimos en un mundo eminentemente político, y en ese mundo tendrías que ver las repercusiones que podría generar ese tipo de acciones.
¿No cree que han utilizado a su bancada?
No quiero calificar porque, en todo caso, el congresista Acuña conoce los procedimientos parlamentarios.
¿Y no cree que puede haber entendimiento entre el Gobierno y Acuña? Recuerde que su colega tiene órdenes de embargo en la Sunat…
Con honestidad, así lo piense, no te lo voy a decir.
Entonces, ¿sí lo piensa?
Por eso te digo: así lo piense, no te lo voy a decir. Sería muy ligero hacer un comentario. También creo que, si hay algo medio oscuro, hay que investigar, hasta ahí vamos a llegar. Decir algo más allá sería hacer algo que no es correcto.
Le ha tocado la vocería en difícil momento. Si hay desafuero para Urtecho, la accesitaria es Rosa Núñez, excuñada del congresista Acuña y a quien se recuerda porque anunció un pago de S/.700 mil por ir en la plancha de Castañeda…
He decidido aceptar la vocería en esta coyuntura porque me gusta la adrenalina, y creo que son esas cosas las que nos hace crecer. Y enfrentar los retos es, tal vez, lo más apasionante porque, si los puede derrotar, bienvenido sea. Seguramente el tiempo nos irá diciendo las cosas.
¿Hay algún acuerdo de su bancada para sacar a Urtecho del Parlamento?
La respuesta es no. Un sí grande es a favor de la investigación. En ese sentido, el doctor (Luis) Castañeda es muy vertical. No se casa con ese tipo de cosas. Él nos ha dicho: Si aquí se investiga y si las cosas salen mal, hay que actuar.
Como extitular de la Comisión de Fiscalización, ¿cuál es su percepción sobre el caso del expresidente Toledo? Él estuvo sentado a su lado y dio una versión que ha quedado desmentida…
Es penoso decirlo, porque se trata de un exmandatario, pero es muy satisfactorio para la investigación. Si no hubiésemos peleado para obtener las facultades, el Congreso no habría conocido el testimonio del señor (Paul) Allemant. Mira lo importante que es esto. En mi gestión lo citamos y dijo que no podía venir porque ya había declarado en la Fiscalía, pero apenas obtuvimos las facultades investigadoras (y la posibilidad de citar de grado fuerza), a la primera convocatoria ya estaba aquí.
¿Le sorprenden los últimos correos electrónicos?
Mira cómo se están dando las cosas. En ese memorable 27 de mayo, Toledo dijo varias cosas. Ahora ha vuelto a decir otras, y en eso aparece la versión de Allemant con las pruebas certificadas que están desbaratando, una vez más, lo que dice el expresidente.
Usted estuvo seis meses peleando por las facultades de comisión investigadora. ¿Percibe que hay blindaje del oficialismo a favor de Toledo?
Honestamente, sí. En el mensaje que hemos dado por el Día del Congreso, a nombre de la bancada, he señalado que la gobernabilidad no se construye con el número de votos; la gobernabilidad se construye con la verdad. Mira, eso de que ‘yo necesito tus votos y te protejo’ no es gobernabilidad. Soy consciente de que hubo una protección que no le hacía nada bien ni a Toledo, ni al Congreso, ni a la Nación.
Y menos al presidente…
Y mucho menos al presidente de la República. Mi reflexión es que el Congreso pierde oportunidad todos los días de hacerse querer. Este Congreso me da pena, y esa es una reflexión personal, porque tiene un nivel de aceptación tan bajo cuando hemos tenido grandes oportunidades para decirle al país: ‘Estoy contigo’, ‘vamos a investigar’, ‘¿no quieres esta ley?, no la tendrás’; ‘¿quieres esta ley?, la tendrás’.
Desde la tribuna, ¿cómo vio la última sesión con Toledo y el manejo de la comisión a cargo de su colega Zeballos?
Respeto y estimo mucho a Vicente Zeballos y, obviamente, le he dicho que ha ingresado a un campo minado, y tiene que mirar ya no solo a un lado y al otro, sino también para atrás y para adelante. Le he dicho que respete el debido proceso, que siga por el justo medio, abra bien los ojos y que debe correr porque el tiempo es corto.
¿Sigue el blindaje?
Espero que no. En todo caso, más allá del blindaje, ahora entramos en terreno minado y hay que tener cuidado con las trampitas, con las jugadas y las leguleyadas que podrían impregnarse en la investigación.
¿Quién lo está minando?
Eso lo ponen quienes quieren ver bien librado al señor Alejandro Toledo y que, obviamente, chocan con gente que quiere ver este caso como una cuestión exclusivamente política, y que también es peligroso porque podrían decir: ‘Esto es una persecución’. Hay que mantener muy verticalmente el justo medio.
¿Le sorprende que Antauro Humala gestione obras con alcaldes desde el penal?
Sí, son excesos que no deberían permitirse. Es el hermano, pero no pueden permitirle que haga lo que le dé la gana. Eso de que tenga prácticamente un despacho no debería permitirse. Aquí hay dos responsables: primero, quien lo consiente, y segundo, aquel que abusa de ello.
¿El presidente debería preocuparse más por lo que hace su hermano?
Sí, porque así le daría un buen ejemplo al país. Sí el país mira que no golpeas a tu hermano, pero tampoco le permites que este haga mal uso de esa condición estando en la cárcel, entonces verá con criterio positivo a todo el Gobierno.
¿Están fallando los sistemas de control en el Estado?
Yo veo las cosas como médico: si sigues a la enfermedad, el paciente se te va a morir. Por eso tienes que trabajar en la prevención. Lo mismo ocurre con la corrupción. Hay que insistir con la prevención.
CASO ALEXIS
- ¿Sintió que lo arrinconaban con el caso Alexis? Sí, lo sentí. Un día presidía Fiscalización y miré que me dejaban sin quórum. ¿Qué hice? Antes de que el debate se pusiera fuerte pasaba lista y esto los obligaba a quedarse.
- ¿Sintió algún malestar por este caso? Lo que veía eran caras de incomodidad. Quise ser conciliador y algunos ya no me miraban como amigo, pero tuve que seguir adelante.
- ¿Deben continuar las investigaciones? Hay, por lo menos, tres temas delicados que deben ser profundizados por los canales (Fiscalía y Poder Judicial) que corresponda y que son, en este caso, los llamados a sancionar si es que encuentran algo irregular.
TENGA EN CUENTA
- ¿Le pidieron que cambiara de actitud y dejara las bromas atrás? “Para ser sinceros, sí. No fue una llamada de atención, sino una sugerencia de amigos congresistas. Cuando me eligieron presidente de Fiscalización, les dije a los asesores: ‘Me van a quitar la alegría por un año’. La verdad, no quisiera que me tomaran como un hombre trivial”.
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