Ángel Arroyo
aarroyo@peru21.com
Una fotografía suele reemplazar a mil palabras y ser un registro de sucesos maravillosos. Incluso, de hechos imposibles que quizá nunca podrán ser explicados por la ciencia, pero sí por el amor. Una historia así envuelve el caso de las siamesas que fueron separadas con éxito en el hospital Guillermo Almenara de Essalud: una de las pequeñas se salvó de la muerte solo después de volver a estar al lado de su hermanita.
Aunque no hay pruebas científicas que expliquen lo ocurrido, el médico Jorge Nué –jefe de Cirugía de Pediatría del mencionado nosocomio y quien estuvo a cargo de la compleja operación– está convencido de que hubo un “milagro de amor”.
Es más, la imagen que mostramos retrata el momento en el que las bebés se toman de las manos, como dándose fuerza entre sí. Lo increíble es que una de ellas se encontraba en un estado crítico y su vida pendía de un respirador artificial.
LA HISTORIA
Las niñas nacieron el 20 de febrero unidas por el abdomen y, además, compartían el hígado. Tenían que ser separadas y, para hacerlo, un equipo de 60 profesionales se preparó durante dos meses.
La operación –que duró casi nueve horas– se llevó a cabo el miércoles 24 de abril. Los médicos lograron una proeza: por primera vez en el Perú, habían separado con vida a unos siameses.
Sin embargo, no todo era felicidad: Shandell –a diferencia de su hermana Shadya– no había reaccionado bien al postoperatorio.
Su salud empeoró y tuvo que ser trasladada a cuidados intensivos, obviamente, lejos de su hermana.
CIENCIA VS. FE
“Estábamos preocupados por Shandell. Después del esfuerzo de tantas personas, era injusto que falleciera. Si bien esto no iba a significar un fracaso, tampoco iba a ser un éxito”, recordó Nué en conversación con Perú21.
El personal médico del hospital Almenara intentó, en dos oportunidades, retirarle el respirador artificial a la menor, pero su organismo no respondía. Por el contrario, su pronóstico pasó a ser reservado y se temió lo peor.
Ante ello, el padre de las pequeñas, Segundo Vargas, dio muestras de resignación. “Muy apenado, el señor me dijo que si Dios quería dejarle solo una hija, ellos lo entenderían”, refirió Nué.
Pero el cirujano no se dio por vencido. “Un día llegué a la casa de mis padres, y mi hermano Pedro, a quien no veía, me enseñó un artículo de la revista Selecciones que exponía el caso de unas gemelas prematuras en Estados Unidos. Una de ellas estaba grave, pero mejoró cuando la juntaron con su hermana”, contó.
Jorge Nué estudió en la Universidad Cayetano Heredia. Como lo exige su profesión, ha leído abundante literatura médica inglesa, canadiense y estadounidense, entre otras, y en ninguna de ellas, lo descrito en esa revista tenía sustento científico.
“Creí que era absurdo hasta que recordé que el gran científico Albert Einstein decía que la ciencia conoce apenas una pequeña parte de la realidad. La realidad es mucho más grande”, indicó.
“FUE UN MILAGRO”
Nué convenció a sus colegas, a quienes considera “escépticos”, de juntar en una cama a Shadya y a Shandell. Esto ocurrió el sábado 10 de mayo, 16 días después de la operación.
Ese día, la licenciada Elba Espinoza, enfermera de la UCI pediátrica, fue testigo de un milagro que describió así: “Shadya no solo le tomó ella misma la mano a Shandell, sino que también le gritó, y esta última, con tubo y todo, abrió los ojos y la miró”.
Espinoza no pudo contener las lágrimas e inmortalizó el momento con la fotografía.
“Ahí empezó a mejorar la niña, y en dos días le retiramos el respirador. Todo lo ha hecho Dios, fue un milagro. Es una de las mejores cosas que me han pasado”, concluyó Nué.
Ambas pequeñas están ahora con buen estado de salud y en las próximas horas serán dadas de alta. Ellas podrán llevar una vida normal.
DATO
- La operación consistió en dividir el hígado que unía a las siamesas. Participaron un cirujano especializado en este órgano, una radióloga y otros.
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