Teddy Guzmán: “Los gays tienen todo el derecho a formar pareja”

Teddy Guzmán es sex symbol a cualquier edad. Conozcamos más de su vida íntima y cómo fue aquel primer desnudo de la escena limeña que ella protagonizó en 1979, ahora que está a punto de estrenar los filmes De-saparecer de Dorian Fernández y El último verano de Sebastián García.

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Hace poco escribí de ti que eras una mezcla de María Félix, por tu imperio, y Lola Flores, por tu embrujo.
¡Yo me veo tan común y corriente! Lo de María Félix me lo han dicho un montón de veces. Para mí sería un honor que me comparen.

¿Cuántas veces te han propuesto salir desnuda en SoHo?
¡Nunca! De pronto si me lo hubieran propuesto hace muchos años…

¿En tus 30 sí lo hubieras considerado?
Sí, yo creo que sí. Creo que no hubiera tenido problemas.

DESNUDO CON TRUSA
Ya te desnudaste en El precio del amor, a finales de 1979.
Luis La Roca me cita y leemos la obra de Dalmiro Sáenz, que él dirigirá para el café teatro La Gata Caliente. Y a mí me resultó un drama tan interesante que no me percaté del desnudo.

¿Y el propietario de La Gata Caliente tampoco?
¡El Sr. Jiménez solo vio el desnudo!

¿Antes de estrenar la obra, tuviste alguna reacción de colegas?
Mi mamá me dijo “¡no!”. Y mi hermana me dijo: “Qué horror, ¿qué vas a hacer?”.

¿El primer desnudo lo hiciste ensayando o ya en vivo?
Directamente en la noche del estreno. Fue duro. Yo era consciente de que otro actor que no es mi pareja me estaba tocando. Y en el café teatro tienes al público cerquísima. Yo llevaba una trusa pequeña y color carne, todos pensaban que estaba totalmente desnuda. Por arriba sí: un topless absoluto. Pero las luces estaban bien manejadas. El público veía el principio del busto, pero nada más.

¿Y qué veía el actor?
No sé, porque yo estaba con los ojos cerrados (risas).

“TUVE UN AFFAIRE Y NO FUNCIONÓ”
¿De veras nunca has estado con nadie desde tu viudez a los 41 años?
Ahí murieron muchas cosas. Tengo tan idealizado a mi esposo que de pronto les encuentro tachas a todos.

Pero Teddy, tú respiras sexo.
¿Y qué hago? (risas)

Algo debes hacer…
Tuve un affaire en una ocasión y no fue. Ni duró mucho ni nada.

¿Y hoy día hubiera sido otra tu actitud en las mismas circunstancias?
Si yo volviera atrás con la experiencia que tengo ahora, es muy posible que habría rehecho mi vida, ¿te das cuenta? Mi esposo murió a los 36 años y yo quedé suspendida en el tiempo. Nos amábamos totalmente y me tenía totalmente satisfecha. Mi sobrino un buen día me dijo que se cumplían tantos años del fallecimiento de mi esposo. “¿Tantos ya? Por Dios, ¡se me fue la vida!”.

También es cierto que intimidas a los hombres.
Jesús Delaveaux me dijo un día: “Oye, gata de angora, ¿tú eres lesbiana?”. Me dio un ataque de risa y le dije que no. Le pregunté por qué. “Porque no se te conoce hombre”. Yo no hago vida social.

Por último, ¿cómo ves el tema de la unión civil?
A mí me parece que los gays tienen todo el derecho del mundo a formar pareja y que se les reconozca como tal. En lugar de perseguirlos, el gobierno debería estar ocupándose de la inseguridad ciudadana. No sé qué hacen los políticos, no sé.

Recuerdan tu desnudo y se quedan bobos.
De repente.

Por: Hernán Migoya (sexo21@peru21.com)

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