Dos ballenas, una adulta y su cría, vararon muertas en la costa de la playa neozelandesa de Opape en el 2010. Luego de varios estudios y un análisis de ADN, el animal fue identificado como Ballena Picuda de Bahamondes (Mesoplodon traversii), especie de la que solo se tenían indicios.
El hallazgo es la primera prueba sólida de la existencia de la especie, lo que deja en evidencia el escaso conocimiento de ecosistemas marítimos y la importancia de métodos de identificación a través de análisis de ADN.
“Es la primera vez que se ha visto un espécimen completo de esta especie y hemos tenido la suerte de encontrar dos ballenas. El hallazgo es un recordatorio de lo poco que sabemos sobre la vida en los océanos”, dijo Rochelle Constantine, científica de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda.
“Todo lo que conocíamos hasta ahora de esta especie eran cráneos incompletos encontrados en Nueva Zelanda y Chile a lo largo de un período de 140 años. Es increíble que prácticamente no sabemos nada sobre este gran mamífero”, añadió Constantine.
El estudio, publicado en la revista CurrentBiology)X0021-6#, detalló la descripción científica del animal y la calificó como “la especie menos conocida de ballena y uno de los mamíferos vivientes más enigmáticos del mundo”.
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