Un grupo interdisciplinario de científicos ha descubierto restos fósiles de una desconocida especie animal. Los ejemplares conservan intactas las partes blandas de su organismo, desde el cuerpo a las patas, los ojos, las escamas y el aparato digestivo, lo que permitirá profundizar su análisis.
Dos ballenas, una adulta y su cría, vararon muertas en la costa de la playa neozelandesa de Opape en el 2010. Luego de varios estudios y un análisis de ADN, el animal fue identificado como Ballena Picuda de Bahamondes (Mesoplodon traversii), especie de la que solo se tenían indicios.