“Dos años y medio lo soporté. Dos años y medio. Creo que demoré mucho tiempo en terminar esa relación”, revela Karla (32). Ella mantuvo una experiencia amorosa muy difícil con un señor cuyo nombre prefiere no mencionar. Él, por ejemplo, le fue infiel y ella lo perdonó. “Me explicó la situación y le creí que estaba arrepentido”, recuerda. Él volvió a sacarle la vuelta y ella volvió a perdonarlo. Karla lo hacía porque lo amaba y creía que cambiaría. “Sentía que, en el fondo, era un hombre bueno y yo, como una tonta, creía en él. Estuve muy equivocada”.
El caso de Karla no es el único. De hecho, es un patrón que se repite en las personas, sean hombres o mujeres: estar convencido de que el ser amado, por más malo que sea, merece el perdón siempre. Sin embargo, la mayoría de las veces, no hay mejoras a la vista. “Muchas mujeres deciden cambiar de rumbo cuando ya han tocado fondo”, afirma Manuel Saravia Oliver, psicoterapeuta del Instituto Guestalt de Lima. “El nivel de ese abismo es variable en cada persona. Hay mujeres que a la primera falta del hombre, lo dejan. Otras necesitan una cachetada para cortar la relación. Pero también están las que deben terminar en una comisaría para recién decir basta”.
Karla no recibió golpes físicos, pero sí emocionales. Su pareja la insultaba, le decía que si ella terminaba con él no iba a encontrar un hombre que la quiera. Incluso, la aisló de sus amigos y familiares. “Es un comportamiento típico de los agresores para reforzar la dependencia emocional. Así consiguen que la mujer esté sola y que no se sienta valiosa para nadie”, acota Saravia.
¿Cómo escapar de ese círculo destructivo? Karen tocó fondo cuando descubrió que su pareja tenía una relación clandestina con su mejor amiga. La amiga que, años atrás, había logrado que se conozcan y se enamoren. En ese momento, Karla entendió que no podía seguir adelante con ese sinsentido. “Por lo general, quienes vivimos amores tan enfermizos, si es que se pueden llamar amores, no hacemos caso a nadie. Cuántas veces me dijeron que termine con ese hombre. Hasta que lo dejé. Más tarde que temprano, pero me liberé”.
Karen asegura que el caballero la buscó por todos los medios, exigiéndole que volvieran. Pero ella estaba decidida. Dice que le hubiera gustado tener una autoestima más fuerte para haber lidiado a tiempo con esos maltratos y no aferrarse a una relación tóxica. “Hoy tengo clarísimo, sin dudarlo, qué cosas puedo tolerar. Si algo tengo que compartir con otras mujeres que viven experiencias similares es lo siguiente: sean fuertes. No vale la pena estar con un hombre que nos hace daño”.
DATOS – “Cualquier mujer puede poner fin a una relación dañina. Todas pueda reinventarse, cambiar, tener nuevas oportunidades”, afirma el psicoterapeuta Manuel Saravia.
- La terapia psicológica puede ser de gran ayuda para fortalecer la autoestima y superar la dependencia emocional.
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