El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) hizo colisionar hoy por primera vez protones con iones de plomo, un experimento que permite profundizar en el estudio de lo que pasó instantes posteriores al Big Bang.
Estos choques permitirán seguir estudiando la estructura de la materia en condiciones de alta energía, algo esencial si se quiere averiguar el origen del universo.
Es la primera vez que en el LHC se hacen colisionar protones y núcleos pesados y, a pesar de la complejidad técnica, el experimento se ha realizado con éxito.
“Las colisiones son asimétricas en energía, lo cual supone un reto para los experimentos”, señaló en un comunicado John Jowett, jefe del equipo de iones de plomo del CERN.
Otro de los desafíos a los que se enfrentaban los científicos es el hecho de que el LHC acelera habitualmente dos haces de la misma partícula y con la misma energía, mientras que el reto de hoy fue acelerar dos haces de partículas distintas y con energías diferentes.
Las colisiones entre protones e iones de plomo tratan de reproducir el llamado plasma de quark y gluones, la “sopa” primordial que debió existir instantes después del Big Bang.
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