Una de las tendencias que le hace frente a los altos precios de los combustibles es la utilización del Gas Natural Vehicular (GNV), producto que se extrae de nuestro territorio, tiene un menor costo y puede ser usado por cualquier motor de combustión interna preparado para gasolina. Y aunque durante mucho tiempo se creyó que este combustible dañaba el motor y ocasionaba grandes pérdidas de potencia; en realidad los vehículos fabricados en los últimos años pierden poco o nada de caballos de fuerza, a diferencia de los de mayor antigüedad, que pueden sufrir una variación de alrededor del 6%.
Para la conversión
Los sistemas más populares y recomendados por los expertos son los de tercera y quinta generación. Al realizar la instalación, el interesado debe asegurarse de que se realice en un taller autorizado por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), ese sello garantiza que el lugar cuenta con equipos de última generación y personal capacitado. Lo recomendable es que si tiene una unidad fabricada a partir del año 2004, la conversión se realice con un equipo de quinta generación.
Buen uso
Para que este sistema funcione de forma óptima, es necesario mantener siempre un nivel de gasolina que permita el arranque inicial y detener el motor, ya que el sistema es dual. Adicionalmente, cada año se debe realizar la certificación del sistema y revisar el cilindro de forma quinquenal. Muchos expertos aconsejan confiar en la matriz energética nacional.
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