Ibrahim Langoo, un joven de 19 años que vive en Reino Unido, nunca más volverá a comer en un Kentucky Fried Chicken (KFC) luego de encontrar un desagradable ingrediente en su Gladiator box. Él compartió en Facebook la imagen.
“Tiré mi bandeja de inmediato. Se veía como un cerebro. De repente me sentí mal y realmente enfermo”, declaró el joven, según precisa The Huffington Post, tras ver en una de las presas de pollo frito lo que parecía ser un “cerebro arrugado”. Él encontró esta ‘sorpresa’ en la sucursal de Colchester (Essex, Reino Unido).
“Estaba asqueado por el hecho de que podría, fácilmente, haberlo comido sin darme cuenta”, declaró Langoo. Él se comunicó con el personal de KFC para aclarar el incidente, pero solo recibió como respuesta una disculpa y vales de comida gratis.
Expertos de KFC determinaron que la pieza se trataba de un riñón. Un portavoz de la empresa lo describió como “feo”, pero subrayó que no suponía un riesgo para la salud, informó Huffington Post.
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