En respuesta al fujimorismo que exigió su salida del cargo, el ministro del Interior, Walter Albán, descartó esta mañana su renuncia por el escándalo que envuelve a la Oficina Nacional de Gobierno Interior (Onagi).
“Si fuera así nadie podría conducir un sector donde hay instituciones que deben responder por sus propios hechos y tiene un margen de autonomía”, señaló a la prensa.
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Adelantó que creará una comisión especial para aplicar medidas correctivas inmediatas en dicha institución mientras el Congreso de la República evalúa el proyecto de ley que plantea su desactivación. “Hay cosas que hay que corregir, que no pueden quedar como están (en Onagi)”, señaló.
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Albán no quiso pronunciarse sobre la sanción que se le debería aplicar a la exjefa de Onagi, Dacia Escalante. “La responsabilidad política no me convierte en juez, ni sancionador (para decir que sanción debe recibir)”, añadió.
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