Por Juan José Garrido (juan.garrido@peru21.co
Con la experiencia que le da el haber dirigido los destinos del país, el exgobernante Alejandro Toledo analiza la gestión del presidente Humala y plantea recetas para que sean tomadas en cuenta.
¿Cuál es su balance del desarrollo del país en los últimos 24 años?
Una primera evaluación es que el Perú, inserto en América Latina, ha aprendido ciertas lecciones a golpes duros. Durante los últimos 40 años, América Latina fue escenario de crisis económicas, caos, hiperinflaciones que han roto muchos récords y que consecuentemente han tenido impactos en el incremento de los niveles de pobreza, pobreza extrema y desigualdad. Sin embargo, hemos aprendido nuestra lección. Una primera ha sido poner la casa en orden económicamente. Y en este primer punto las evidencias son contundentes. La crisis del 2008-2009 ha demostrado que América Latina, que viene creciendo desde el 2001, quiero ser claro y perdóneme por señalarlo porque coincide con el inicio de mi gobierno, por 14 años consecutivos venimos creciendo en tres gobiernos democráticamente elegidos. Cuando concluimos nuestra gestión, dejamos al gobierno del presidente García en 7,5% de crecimiento después de un proceso muy duro, porque yo no podía cometer la irresponsabilidad de redistribuir pobreza. Entonces me puse la meta de crecer y revertir una economía en recesión.
¿Cuáles serían las otras lecciones?
La segunda lección es que hemos madurado en términos de democracia, aunque existen lunares que la oscurecen, porque ha surgido una nueva manera de autoritarismo populista. Pero debemos decir que América Latina tiene una democracia electoral bastante generalizada. Es cierto que la calidad de la democracia todavía deja mucho que desear por la fragilidad de las instituciones, la administración de justicia y la independencia de los poderes. Hemos aprendido también que los Estados del Perú y América Latina tienen una débil capacidad gerencial para entregar resultados concretos, tangibles y medibles. Entonces, la disminución de la pobreza es muy desigual. Ha disminuido en términos salariales, pero si usamos índices multidimensionales, la crudeza de la pobreza no es captada y, además, está centrado en las capitales de las regiones. Creo que hemos avanzado, nos queda un largo camino por recorrer. No conozco arma más poderosa en el mundo para salir de la pobreza y de la encrucijada de la desigualdad que la combinación, la sinergia de la disminución de altas tasas de malnutrición temprana, de la provisión de salud y educación de calidad.
Sobre el modelo en sí –que ha permitido este desarrollo– para muchos lo que necesita son reformas de segundo y tercer piso, pero para otros ya está desfasado. ¿Cuál es su opinión?
Creo que no es un tema. Eso de modelos es para mí anacrónico. Es como decir la democracia social, la internacional socialista, o eres de derecha o eres de izquierda. No: o creces o no creces… resultados. Yo parto de la premisa de que el crecimiento es un medio, no es un fin. Se crece para incluir, para distribuir mejor los beneficios del crecimiento. Dicho esto, sin embargo, no puedes redistribuir pobreza porque tienes ingresos que provienen de la exportación de materias primas y eres vulnerable a la fluctuación de precios a nivel internacional. El modelo está bien, pero sí quiero enfatizar que es muy peligroso basar el crecimiento económico sustancialmente en la exportación de materias primas, en la industria extractiva.
¿Cree que el modelo es primario exportador?
El 64% de ingresos de divisas viene todavía de la exportación de materias primas. Pero, cuidado, primero se ha disminuido porque, a partir del 2001, mi gobierno decidió darle una ventaja tributaria al sector agroindustrial hasta el 2021. Entonces ha crecido el sector agroexportador y vendemos uvas, mangos, espárragos, limones a la China, a los EE.UU., gracias a los tratados de libre comercio. Eso ha achicado el peso de la exportación de materias primas. Dos, es un factor exógeno que no controlamos. Es que la China se está enfriando un poco y tiene un impacto en nuestra economía.
Disculpe, pero el ratio de exportaciones tradicionales frente a no tradicionales ha disminuido de 3.8 a 2.6 entre 1980 y hoy…
El ratio ha disminuido, pero no es solo por políticas internas distintas, sino también por un factor exógeno que nos hace muy vulnerables. Consecuentemente, lo primero que debemos hacer es diversificar la composición del crecimiento, diversificar la producción, entrar a sectores como la agroindustria con valor agregado, el sector manufacturero, textiles, entrar al ecoturismo, entrar a los microchips…
Ocurre que hay personas que creen que podemos crecer a 7% con otro modelo… ¿Qué reformas específicas haría?
No hay duda de que el modelo es perfectible, no hay duda. Por eso todavía no somos un jugador principal en la economía mundial. Hay una diferencia entre tomar decisiones de política diaria y hacer políticas de Estado; yo me refiero a las políticas de Estado. Separemos la paja del trigo. Lo que estoy proponiendo es que, en el corto y mediano plazo, necesitamos, por razones de estrategia, impulsar la industria extractiva. Dicho eso, por favor resaltado, quiero decir que hoy día hay tecnología en Australia y Canadá para realizar industrias extractivas con tecnologías modernas que te permitan hacer minería, petróleo y gas siendo social y medioambientalmente responsable.
Mencionó mejorar la calidad institucional, lo que debe hacerse, según los especialistas, con base en un consenso político. ¿Está de acuerdo con eso? ¿Qué posibilidad cree que hay de un acuerdo por la mejora de las instituciones?
Es cierto que si las políticas emergen de un consenso, independientemente de la orientación partidaria de los líderes, es mucho mejor. Para eso construimos el Acuerdo Nacional, y ya tenemos 33 políticas de Estado. Pero el Perú y América Latina no pueden esperar. Soy impulsor del diálogo, pero necesitamos liderazgos que permitan poner pie fuerte en, por ejemplo, la administración de justicia, la transparencia; eso que los gringos dicen “rendición de cuentas”. Si podemos fortalecer instituciones a través del liderazgo de presidentes o líderes que ven al Perú y América Latina más allá de su periodo de gobierno y lo combinamos con un consenso en el Acuerdo Nacional, la institucionalidad se fortalecería.
Pero nuestra clase política está muy fraccionada y muy enfrentada como para poder hacer esos acuerdos. El Acuerdo Nacional existe y ha sobrevivido, pero, cuando uno ve la posibilidad de acuerdos del largo plazo, no ha brindado respuestas concretas. La arquitectura institucional no está circunscrita solo a los partidos políticos; también está la prensa, los medios de comunicación. En la ausencia de instituciones sólidas, los medios de comunicación tienen un rol importante, y por eso soy defensor de la prensa a pesar de que me golpean.
¿Cómo se podría sentar Perú Posible con el fujimorismo o con Gana Perú cuando en el día a día vemos cómo los enfrentamientos se acrecientan, que crece la polarización?
Le voy a dar un ejemplo de que sí es posible. Una de las políticas de Estado que se acordaron el 22 de marzo del 2002 con la participación de observadores internacionales, iglesias, gremios laborales y empresariales, y que luego se firmó en el Acuerdo Nacional, fue que, para el 2021, deberíamos tener 6% del PBI dedicado a una educación de calidad. Eso es concreto y es posible, ya se está aumentando. Podemos lograrlo. No conozco en el mundo arma más poderosa para matar la pobreza y disminuir la desigualdad. Espero que lleguemos, para el 2021. Entonces tampoco seamos tan pesimistas en que no podemos ponernos de acuerdo.
Perú es de los pocos países que ha duplicado el sueldo de maestros casi dos veces, pero la calidad no ha mejorado. Me da miedo que creamos que el mayor gasto va a traer mayor calidad. ¿No cree que se deba amarrar el gasto al retorno de calidad?
Si me permite una corrección: una sola vez en un gobierno democrático, en mi gobierno, entre 2001-2006, se duplicó el sueldo de los maestros.
En el gobierno de Alan García se aumentó en 80%…
Estamos hablando de los sueldos de los maestros. No se ha aumentado un sol después del 2006 a los maestros, no se ha aumentado. Entonces cuidado con los datos. Un profesor con S/.450 de sueldo no tiene tiempo para preparar su clase y entra al pluriempleo, no lee, no prepara y la calidad cae. La segunda etapa, y ahí le doy la razón y es parte de mi agenda pendiente: yo volvería a duplicarles los sueldos a los maestros, pero amarrado a una inversión en su capacitación y medir los resultados de la calidad. Hoy podemos medir a nivel mundial los índices de cambios en la calidad de la educación. De aquí en adelante hay que hacerlo, hay que fortalecer la calidad de la educación, particularmente en Huancavelica Ayacucho, Puno, Cajamarca… Hay que amarrarlo. Al principio no podíamos hacerlo porque no tenían para comer, ahora ganan S/.1,200, pero todavía es insuficiente. Mi tercer punto es reducir las altas tasas de malnutrición temprana, mejorar la calidad de la salud y la educación en las zonas rurales, la infraestructura para sacar sus productos al mercado y romper la intermediación. Y, cuarto, como le dije, ir a pobreza a la vena entregándole dinero a una burocracia bien pagada que les rinda cuentas, que priorice. Hay municipios que reciben millones de soles de regalías y lo primero que hacen es construir un palacio municipal con lunas polarizadas, pero no tienen agua potable, no tienen salud, no tienen educación, no tienen electricidad.
¿Cómo se denominaría políticamente?
No soy partidario de las etiquetas, soy promotor del crecimiento para la inclusión. Lo que no puede hacer es que todos sean igualmente pobres. En 1975, es importante el tiempo, cuando todavía era inteligente antes de meterme a la política, creía que en la China la pobreza estaba bien distribuida, pero ese no es nuestro objetivo. Tenemos que crecer para incluir, para distribuir y anticipar estratégicamente la reducción relativa del peso de las exportaciones tradicionales y entrar a una economía del crecimiento. Soy economista y educador, hago economía de recursos humanos, no veo posibilidad alguna de que América Latina pueda aprovechar la oportunidad para jugar un papel importante si no invertimos agresivamente en nutrición, salud, educación y en el fortalecimiento de las instituciones democráticas, para captar inversiones y seguir creciendo con inclusión.
La pregunta de la etiqueta sé que es pesada, pero ¿cuál sería el país modelo para usted?
Si tuviera que volver a las etiquetas, que no me gustan, le diría que soy de centroizquierda moderna, que creo en el crecimiento diversificado para cambiarle el rostro social al Perú sin ninguna discriminación, pero comenzando con los más pobres. No es un tema de élite y una revancha. Eso sería absolutamente irresponsable. Soy el primer presidente sudamericano de ascendencia andina que fue democráticamente elegido. En América Latina el primero fue Benito Juárez. Hay una enorme responsabilidad sobre mis hombros porque estoy condenado a no fracasar.
¿Qué país mira usted como ejemplo?
Noruega, los países escandinavos. Hay que hacer que la gente pague impuestos proporcionalmente y que los Estados gasten bien, en carreteras, electricidad, en tecnología, en la salud, en educación de calidad. Creo que el mundo se ha vuelto multipolar, es ancho y nuestro, y creo que podemos aprender de otras experiencias. La integración de América Latina no tiene que tomar 60 años como en Europa. Pero insisto: cuidado con la vulnerabilidad que supone quedarnos atrapados en la exportación de materias primas como fuente para el crecimiento. Dicho eso, es peligrosísimo tratar de truncar las inversiones extractivas por razones estratégicas porque, si no, no tendríamos el dinero para invertir.
Ha mencionado el hecho de que hemos pasado por gobiernos elegidos democráticamente. ¿Tiene usted algún miedo de ruptura institucional en el 2016?
No… espero que no. La democracia no está todavía construida, bullet proof (a prueba de balas). Nuestra democracia no está suficientemente cuajada para decir que estamos libres de cualquier peligro. Pero, déjeme decirle, si algo sucediera para interrumpir la democracia, le aseguro que tendrá otra vez a Alejandro Toledo en las calles con una vincha, porque ha costado demasiado recuperar esto. Ahora aquellos que no eran democráticos están participando en la democracia, y bienvenido sea, me parece muy bien. Yo ya me olvidé lo que me han dicho, me han dicho de todo, menos que soy suizo, menos mal que mi cara me defiende.
¿Dónde ve al Perú en el 2021?
Soy realista porque los cambios que se requieren, la diversificación, el fortalecimiento de instituciones, la capacidad del Estado para entregar resultados concretos, la inversión en la mente de la gente, salud y educación, son de mediana y larga maduración. Lo invito a que pensemos cómo serán en el año 2050 Perú y América Latina. Como nunca antes, América Latina tiene entre sus manos la oportunidad de ser un jugador importante en la economía mundial, lograr un crecimiento inclusivo, jugar un rol importante en el desarrollo sostenido y anticipar desde ahora las consecuencias de cambio climático en el mundo.
Encantado, pensemos de cara al 2050 entonces…
En pocos años vamos a tener, gracias al desarrollo tecnológico, un sustituto al petróleo, pero para el año 2050 vamos a tener probablemente guerras por el agua limpia, vamos a tener guerras sobre la seguridad alimentaria, vamos a tener guerras por las consecuencias del cambio climático, y América Latina es uno de los pocos pulmones del mundo. Es necesario hacer políticas de Estado pensando en esas perspectivas en lugar de estar entrampados peleando. Si yo volviera a ser presidente, no lo haría por volver a ser presidente, sino para implementar políticas cuyos resultados no serán a corto plazo, pero que verá usted, sus hijos y los hijos de sus hijos. Yo espero un Perú encarrilado con una elección democrática por cuarta vez consecutiva, con una democracia e instituciones fortalecidas y con un rostro social distinto y sin revanchas, donde las comunidades rurales tengan iguales derechos que los que viven en Camacho, San Isidro o Miraflores.
¿Cuál es su balance de estos tres primeros años del gobierno del presidente Humala?
En el ámbito económico me alegro que no haya desviado demasiado el timón del carro. Si bien es cierto que ha disminuido el crecimiento, esto se debe en gran parte a un factor externo. En el tema democrático, yo soy defensor de las instituciones y me preocupa la credibilidad del Congreso, de la administración de justicia, y nos toca fortalecerlos. No se fortalecen instituciones golpeándolas todos los días, se fortalece escogiendo bien y creo que para ser congresista tiene que haber requisitos mínimos. No creo en la reelección de presidentes regionales ni de congresistas, así como no la hay para presidente de la República.
¿Los factores son principalmente internos o externos?
Mire, los EE.UU. aún no logra recuperarse; si bien crece, su crecimiento es muy lento. La UE aún no termina su crisis financiera. China estaba creciendo a 10% y ha bajado hasta 6%. Esto no es para desviar la atención solo al factor externo, que sí juega un papel importante porque somos más interdependientes en un mundo globalizado, y creo que no haber puesto suficiente énfasis en la diversificación es una parte importante de la disminución relativa del crecimiento. El Perú sigue creciendo por encima del promedio de América Latina, pero eso no es consuelo. Creo que ha habido un factor y es que hemos sido complacientes con los niveles de crecimiento y no hemos estimulado el ambiente para mayor inversión en otros sectores, y nos hemos quedado con un incremento en el descontento social, por eso la propuesta de hacer entrar la inversión a la vena. Creo que el descontento social ahuyenta el flujo de capitales de inversión para dar un crecimiento sustentable. Ese descontento social responde a que no le llega nada a la gente pobre y también a que el gobierno no ha sido suficientemente firme en pedirle a las industrias extractivas que utilicen tecnologías modernas y tengan responsabilidad sociomedioambiental.
Usted ha podido leer acerca de los tres megaproyectos que se han aprobado en estos últimos meses: Talara, Línea 2 y Gasoducto. ¿Está de acuerdo con ellos y con los procesos para su aprobación?
Creo que Talara debería modernizarse, debemos ser autosuficientes en los diferentes tipos de petróleo.. El gasoducto me parece que también es necesario para descentralizar, pero creo que los procesos deben hacerse con transparencia por que sino se ahuyenta la inversión.
¿Cree que no fueron transparentes?
No tengo elementos de juico para decir que no fueron transparentes pero como política de Estado la transparencia en los procesos de adjudicación debería ser una prioridad. Si tuviera que decir algo con mucha franqueza, diría que a mí me hubiera gustado ver que este gobierno tomara decisiones con más anticipación porque los procesos de maduración de las inversiones demoran. El dinero va a donde hay estabilidad jurídica; cuando no se da eso, hay una retracción en la decisión de invertir y mire que tenemos inversiones muy fuertes. Si tuviera que hacer una sugerencia constructiva diría que es importante anticipar las decisiones y tomarlas. Gobernar significar tomar decisiones, estudiar, hacer costo beneficios y tomar decisiones. La peor decisión es no tomar una decisión.
RECETAS
- ¿Cómo habría que mejorar el modelo actual?
Número uno, diversificar la composición de la producción mirando el mediano y largo plazo.
- Fortalecer instituciones
Dos, crear y fortalecer las instituciones que permitan la estabilidad económica, social, política y legal, la estabilidad jurídica.
- Quieren invertir
Yo viajo y encuentro una seducción para invertir en el Perú pero es importante que en el corto y mediano plazo no trunquemos los ingresos de las industrias extractivas, pero con una estrategia. No hay que matar a la gallina de los huevos de oro, pero sería un grave error quedarnos entrampados en el crecimiento basado en la industria extractiva y no entrar a la innovación, ciencia y tecnología, diversificar la economía para ser menos vulnerables.
- Capacidad del Estado
La tercera propuesta es fortalecer la capacidad del Estado para entregar resultados tangibles y medibles a toda la población comenzando con los más pobres.
EL CANON
- Contratar técnicos
Proponemos que en vez de que las empresas den canon y regalías al Gobierno Central para que este a su vez los transfiera al gobierno regional, y este a su vez a la provincia y luego al distrito (politizándose la entrega); en lugar de eso, que las empresas le den 20% o 30% del canon a una burocracia moderna de las comunidades en el área de influencia de la industria extractiva cualquiera que esta sea, y que prioricen cuáles son sus fines. En vez de darle al Gobierno Central darle a la comunidad, y que la comunidad priorice, que contrate a los recursos humanos calificados. Necesitamos una tecnocracia que ayude a las regiones y comunidades que entregue resultados concretos.
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