“Hace unas semanas vi un reportaje en la televisión sobre los sex shops. Medio en broma, medio en serio, le dije a mi esposa para ir a uno de estos lugares, pero ella me dijo que jamás lo haría. Creo que hasta se ofendió”, cuenta Josué (34). “Iría a una tienda erótica pero, uy, ¿qué dirá la gente?”, dice Sofía (29). “Una vez fui con mi enamorado a una tienda de estas. Bueno, tal vez exagero: no llegamos a cruzar la puerta porque me di media vuelta cuando vi el letrero a lo lejos. Me dio taquicardia”, confiesa Natalie (26). “¿Para qué voy a ir a un lugar así? Esos juguetes no sirven para nada”, comenta David (41).
Estas son las impresiones de algunas personas que, por diversas razones, aún no han visitado un sex shop. Cada quien tiene sus motivos y se respetan. Sin embargo, hay que reconocer que en la mayoría de los casos –tanto los que hemos mencionado como otros– existe un elemento en común: la vergüenza. Es decir, muchas personas irían, ya sea por entusiasmo o curiosidad, pero no lo hacen por miedo al qué dirán. “¿Y qué tal si alguien conocido me ve entrando o saliendo de ahí. No, ni hablar”, apunta Gracia (39).
Es verdad que el sex shop es un negocio poco convencional –no es una tienda de discos o chocolates–, pero también es cierto que nada malo hay en ellos. ¿Qué hacer para superar estos obstáculos mentales? “La primera vez que fui a un sex shop me moría de miedo, a pesar de que fui con dos amigas. Debo reconocer que fue una experiencia grata porque la vendedora que nos atendió fue amable, seria y muy didáctica en sus explicaciones”, cuenta Romina (27). “Si quieres experimentar con tu pareja, recomiendo ir a un sex shop. Ahí puedes encontrar vibradores especiales diseñados para brindar placer a ambos simultáneamente. También hay dispositivos para facilitar determinadas prácticas, tales como el sexo anal. Asimismo, hay disfraces, lubricantes, en fin… No son mañoserías, son objetos que permiten incrementar el placer de la pareja de manera sana y lúdica”, afirma Juan (43). “Tengo tres tips para aprovechar la experiencia de ir a un sex shop”, señala Rodolfo (32). “Primero: ir con tu pareja o, en todo caso, con alguna amiga o amigo. Eso ayuda mucho a vencer la ansiedad y el ‘roche’. Segundo: mantener la mente abierta. Poner cara de asco o ‘qué demonios hago aquí’ no viene al caso. Y tercero: resuelve tus dudas. Pregunta a los vendedores cómo funciona determinado juguete, pide sugerencias. ¿Para qué quedarse con las ganas de saber qué es ese aparato que parece una pistola de Star Trek?”. ¿Se anima a intentarlo?
SABÍA QUE
- El éxito de la trilogía literaria erótica Cincuenta sombras de Grey también ha alcanzado a la industria de los juguetes eróticos. Por ejemplo, la tienda británica Ann Summers ha reportado un incremento importante en ventas gracias a la mencionada saga.
- El sex shop oficial de la trilogía acaba de lanzarse en España. Visítelo: www.lacajadegrey.com
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