ÁNGEL ARROYO
aarroyo@peru21.com
El retraso en la construcción del túnel que unirá San Juan de Lurigancho con el Rímac –que debió culminar a mediados del 2011– no es la única alteración que ha sufrido esta obra. Su costo también ha cambiado considerablemente. La Alcaldía de Lima ya no destinará los S/.62 millones que inicialmente se habían presupuestado para dicho trabajo. Ahora invertirá S/.132 millones, dinero que saldrá de las arcas ediles.
Rafael López, gerente general de la Empresa Municipal Administradora de Peajes (Emape), confirmó que es necesario invertir 70 millones adicionales para reforzar los dos ductos (uno de ida y otro de vuelta) con concreto debido a los daños causados por el derrumbe ocurrido en febrero de 2011. Esto ha servido de justificación para mantener los trabajos paralizados.
“La obra original solo previó el ‘chocreteo’ de los accesos viales (lanzamiento de concreto) luego de la excavación. Ahora, deberán reforzarse con una bóveda de concreto armado”, dijo a Perú21. También indicó que los trabajos tenían un 60% de avance, es decir, se habían ejecutado S/.37.2 millones.
NOS CUESTA A TODOS
López admitió que, al no estar concesionada la obra, el dinero que se invierta en su construcción “nos cuesta a todos los limeños”. ¿Pero era necesario hacer todo esto y aplazar la construcción? (ver cronología).
Al respecto, Armando Molina, exasesor en temas viales de la Municipalidad de Lima durante la gestión de Luis Castañeda, lamentó este notable incremento del costo de la obra y el impacto que tendrá sobre los contribuyentes.
Aseguró que esto no se justifica, ya que ellos dejaron los trabajos en un 80% de avance.
VUELVE LA OIM
Como se recuerda, la anterior administración edil encargó a la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) el proceso de adjudicación del túnel por S/.62 millones.
En 2012, cuando la comuna metropolitana le informa a la OIM que iba a destinar S/.70 millones adicionales para el túnel, dicha organización le respondió que se debía hacer una nueva licitación, ya que se trata de una obra distinta.
Ante ello, la comuna decidió resolver el contrato con la constructora Graña y Montero (GYM) en octubre de 2012 –a cargo de los trabajos–, a través del Addendum N°4. Así, el último 9 de enero se lanzó un nuevo concurso público a través de la OIM. Según Rafael López, la comuna “no estaba obligada a contratar con la OIM, pero salir de un sistema y migrar a otro –el OSCE–, hubiera significado una pérdida de tiempo, y la obra necesita concluirse rápido”.
Con esto, la interrogante que salta a la vista es: ¿Por qué la alcaldesa Villarán, que criticó en más de una oportunidad las licitaciones con la OIM –por carecer de transparencia– y hasta aseguró que ella no lo haría, ahora vuelve a trabajar con esta organización?
De otro lado, según documentos en poder de Perú21, GYM ganó 6 de los 7 procesos de arbitraje que le interpuso al municipio, logrando adjudicarse S/.9’597,000 a su favor.
No obstante, el área de Comunicaciones de Emape informó que los procesos arbitrales son 5 y estos no han culminado, “por lo que no se puede hablar de ganadores”.
CRONOLOGÍA
- 2 de febrero 2011. Un derrumbe afecta uno de los dos túneles, lo que obligó a detener los trabajos.
- Marzo a octubre 2011. Durante ese lapso, una consultora –contratada por la comuna capitalina– se encarga de evaluar los daños.
- 6 de marzo 2012. El Consejo Metropolitano aprueba una partida adicional de S/.70’685,111 para reanudar la obra.
- Abril a setiembre 2012. Se realiza la construcción de una rampa exterior. Los trabajos en los túneles seguían suspendidos.
- Setiembre 2012. La OIM le informa a la Alcaldía de Lima que debe convocarse a un nuevo proceso.
- 31 de octubre 2012. Se resuelve el contrato con Graña y Montero.
- Según el nuevo concurso, los túneles deben entregarse en agosto de 2014. La buena pro se otorgará el 22 de febrero.
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