Uno de los tópicos habituales en materia de sexualidad es la exploración de poses. Reinterpretar y enriquecer el milenario Kamasutra es una actividad que no tiene pierde. Libros como 101 posiciones sexuales: Nuevas y tórridas poses desde lo suave hasta lo salvaje, de Samantha Taylor, o Kamasutra peruano, de Pablo Castro, ofrecen alternativas que buscan sacarle el jugo a la acrobacia íntima. Sin embargo, ¿es necesario ensayar tantas poses? Es decir, ¿la versatilidad en cuanto a la colocación de los cuerpos durante la penetración garantiza un mayor goce? Quizás sea un mito eso de ponerse así o ‘asá’ para mejorar la dinámica sexual. Ayuda, sí, pero lo cierto es que hay parejas que con dos o tres posturas son felices sexualmente, mientras que otras requieren practicar nuevas poses en cada sesión amatoria. Cuestión de gustos. La idea es que, más allá de desafiantes y divertidas posturas como ‘vaquerita invertida’ o ‘el asiento de la combi’, siempre se busque el placer del ser amado.
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