Columnista invitado
Todo indicaría que Temer está en sus últimos días. Su principal aliado, y pieza clave del equilibrio de fuerzas, el PSDB (de Fernando H. Cardoso), se está retirando, y va a jugar en torno a una nueva opción.
Defender a Temer hoy, con 7% de popularidad, se ha vuelto demasiado costoso. Y como había explicado anteriormente, la suerte de Temer era que no había una opción viable sobre quién podría sustituirlo. Esta incertidumbre se está resolviendo. Un consenso está surgiendo en torno a Rodrigo Maia, presidente de Diputados, y las fuerzas comienzan a inclinarse hacia él.
Maia es miembro del partido Demócratas, de derecha moderada, que ha estado en oposición al gobierno del PT y menos envuelto en la corrupción. A pesar de su poca experiencia y falta de carisma, Maia viene ofreciendo garantía de que si llegara a la presidencia, daría continuidad a las reformas de Temer (sistema de pensiones, leyes laborales, etc.) y defendería los intereses corporativos.
Si esta tendencia sigue, Maia aceptaría la propuesta de impeachment a Temer, y se daría un proceso parecido al de Dilma Rousseff. La propuesta iría a la Cámara y, si allí fuera aprobada por 2/3, pasaría al Senado, etc.
Tumbarse dos gobiernos por impeachment en 18 meses evidenciaría una crisis profunda e incrementaría la incertidumbre. El principal ganador sería el PT, quien trabaja para volver en 2018. Sin embargo, esta puede ser la única opción para mantener la institucionalidad y el cronograma electoral.
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