Esta semana, en su fase 31, la operación Lava Jato ha realizado un operativo llamado Costo Brasil en 5 estados, realizando 40 mandatos de búsquedas, incluyendo al local del PT en Sao Paulo, y deteniendo a 11 personas, entre ellas, Paulo Bernardo, ex ministro del PT.
Lo particular de ese caso es que el foco de la operación no fue Petrobras, sino una empresa de servicios informáticos, Consist. Entre el 2010 y el 2015, Consist ha cobrado 28.5 millones de dólares en coima para el PT.
La empresa generó un sobrecosto por administrar los créditos entregados a los empleados públicos. Lo excepcional era que el sobrecosto no era de 5% o 10% de los contratos, como con las constructoras, sino del 70%. Fue el ex ministro Paulo Bernardo quien montó ese esquema cuando era ministro de Planeamiento en los gobiernos de Lula y Dilma.
Dos otras figuras importantes del PT también fueron implicadas: el periodista Leonardo Attuch, jefe del poderoso blog gobiernista 247, y la senadora Gleisi Hoffmann, defensora principal de Dilma en el “impeachment”, y esposa de Paulo Bernardo. Gleisi está libre, pero ha sido acusada de recibir 285 mil dólares para su reciente elección.
El PT ha recibido un duro golpe esta semana, pero el tiro de gracia puede venir de Marcelo Odebrecht en los próximos días. Según Folha de Sao Paulo, Marcelo afirma haber financiado las campañas electorales de Dilma en el 2010 y el 2014, y brinda detalles de montos y cuentas.
Lo que preocupa a los políticos en Brasilia es que las declaraciones de Marcelo, ya en manos de la Policía Federal, pueden provocar un terremoto político no solo en el PT, sino en los tres poderes de la República.
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