El discurso del Estado de la Unión es el mensaje político más importante del calendario gubernamental en los Estados Unidos. Es el presidente quien expone ante el Congreso un resumen de lo hecho y los objetivos del año por venir.
Este año Barack Obama ha elaborado una de las piezas mejor estructuradas y más aleccionadoras que haya hecho presidente alguno. Su séptima presentación –y penúltima antes de dejar la oficina oval– ha logrado un notable equilibrio en el fondo y en la forma. Y si bien no han cambiado dramáticamente las encuestas que explican su derrota en las elecciones legislativas del 2014, ha iniciado un giro en el ánimo y en la percepción sobre su gestión.
Hay dos perspectivas. Por un lado, resultados: más de 11 millones de nuevos empleos, una clase media fortalecida y el retorno del crecimiento económico. En esa dirección, la historia de Rebekah y Ben Erler, que perdieron todo hace seis años pero lograron, con esfuerzo, reescribir su historia, fue mostrada como ejemplo. “Ellos representan a millones que han trabajado duro y han hecho recortes, sacrificios y cambios”, señaló.
Pero, por otro lado, el mensaje político: “Una política mejor requiere que apelemos a la decencia básica el uno del otro en vez de apelar a nuestros temores más elementales. Una política mejor requiere que debatamos sin demonizar el uno al otro, que hablemos de temas importantes, de valores y de principios y de hechos, en vez de las metidas de pata insustanciales, errores triviales o falsas controversias que no tienen nada que ver con la vida diaria de las personas”.
La puesta en escena también ha sido remarcable. Días antes Obama ha hecho preanuncios y, durante la presentación, los gráficos fueron contundentes. Hay varios videos colgados en la web de la Casa Blanca donde se aprecia al presidente y su equipo preparando los mínimos detalles. Se ven redactores de discursos, asistentes, expertos en comunicación, en multimedia y en estrategia política. Vean: “Behind The Scenes: Writing the 2012 State of the Union Address” en YouTube; es envidiable.
Las redes sociales han sido fundamentales. El discurso ha sido hecho para la audiencia más importante: los jóvenes. Metáforas sencillas, frases cortas y despliegue de ideas fuerza. La versión Twitter del mismo discurso es sorprendente. Y por eso, ver la política así es como para no olvidar que los seres humanos podemos hacer cosas grandes si tenemos voluntad. Sana envidia y oportuna reflexión.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.