Rodrigo Prialé: Líderes confundidos

Existen líderes que guían inadecuadamente a sus seguidores. Estos suelen establecer erróneamente sus objetivos y, como consecuencia de ello, pueden inducir a sus seguidores a confrontaciones inútiles, en las que los vencedores, a la postre, terminan perdiendo. Las victorias que obtienen dichos líderes por lo general fortalecen temporalmente su posicionamiento político, pero no contribuyen finalmente a mejorar el bienestar de sus seguidores. Esos líderes, en última instancia, sin proponérselo, se convierten en un obstáculo para mejorar el bienestar de sus seguidores.

En países en vías de desarrollo como el Perú, ese tipo de líderes pueden retrasar el desarrollo y hacer que el país pierda mucho tiempo solucionando los problemas que son ocasionados por su accionar. El Perú es aún un país en vías de desarrollo, rezagado en América Latina en lo que respecta a su nivel de ingreso, porque hemos experimentado ese tipo de liderazgos en el pasado, que dañaron profundamente la economía e hicieron necesario invertir muchos años para solucionar los problemas que causaron.

Hoy el Perú es un país diferente, que ha progresado mucho en los últimos años, pero que corre el riesgo de que nuevos líderes desvíen su rumbo. La falta de información, el desconocimiento, la falta de educación y, en algunos casos, el temor y la desesperanza hacen posible que liderazgos de este tipo sean aún acogidos por muchos compatriotas.

Para que esos compatriotas puedan mejorar sosteniblemente y superar la situación de pobreza en la que viven, se requieren líderes lúcidos y constructivos que se esfuercen por lograr que el Estado, en asociación con el sector privado, provean de educación de calidad a las poblaciones más pobres del país. Esa es la única forma que existe para ayudarlos a derrotar la pobreza.

Ojalá veamos pronto que en el país las demandas sociales sucedan por tener acceso a una educación de mejor calidad.