22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

Por lo demás, en aras a un mínimo patriotismo, deberían de bautizar – a dichas empresas offshore y ad hoc – con nombres castizos ¿qué les parece Inversiones Mar de Grau?; pues no, prefieren nombres huachafos como, por ejemplo, Atlantic Ocean Corp. Solo con leer el nombre se sabe lo que hay detrás.

Les voy a contar una anécdota. Corría el año 2014 y mi amigo MR participaba en uno de esos limeñísimos y concurridos almuerzos tertulianos. Un comensal (Mr. X) le espeta en voz alta: “que bien le ha contestado Prialé a Lago, refutando lo de las comisiones”; a lo que MR replica “¿Alguien cree que no se pagan coimas para conseguir proyectos?”. Y Mr. X responde: “sí, se pagan pero si eres del estabishment eso no se puede decir, creía que Lago era del establishment”.

Se referían a una entrevista mía en Perú21 donde dije: “Reformulando un refrán ingles ‘el camino al infierno está empedrado de malas inversiones’. La mayor carga de la corrupción no son las jugosas comisiones, sino la mala asignación de recursos, el hecho de que no se seleccionen los proyectos de mayor prioridad.”

A lo que Don Gonzalo, dirigente del gremio de infraestructura, no tardó en replicar de inmediato con la misiva: “ El camino al infierno está lleno de maledicencia.” De ahí mi contrarréplica y luego la suya donde él sostenía que “Lago afirma, sin prueba alguna, que existen jugosas comisiones en grandes proyectos de APP.”

Et voilà, aquí están las pruebas gracias a jueces y fiscales brasileros – que no a los del Perú; ya ven lo que es el comercio internacional, no solo se importan bienes; frente a nuestras narices una flagrante importación de pruebas y de justicia. Lo de las coimas era un secreto a voces ya antes pero, como en la última canción de Sabina, había que negarlo todo. Después de todo, la verdad “no es ni buena ni mala sino algo relativo” digo yo parafraseando a Beto Ortiz en aquella gran columna.

Otra grande es la de Rospigliosi ayer en El Comercio donde nos relata uno de los negocios más rentables en la plaza para no pocos abogados y gurús financieros: “fabricar los mecanismos para ocultar la ruta del dinero (se refiere a coimas ) y ponerlo a buen recaudo en cuentas ( en paraísos fiscales) a nombre de empresas creadas para ese efecto”. Por lo demás, en aras a un mínimo patriotismo, deberían de bautizar – a dichas empresas offshore y ad hoc – con nombres castizos ¿qué les parece Inversiones Mar de Grau?; pues no, prefieren nombres huachafos como, por ejemplo, Atlantic Ocean Corp. Solo con leer el nombre se sabe lo que hay detrás. En las novelas de detectives cada dominio tiene su frase; en Francia es cherchez la femme, en el Caribe, follow the money.

Continuará. Stay tuned.


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