“Ay caracho, que las cifras no dan”, exclama el Sargento Lituma, rascándose la cresta, mientras examinaba la hoja de cálculo; “parece que aquí hay gato encerrado, o jato lavao”.
Lituma es el pintoresco detective piurano de la novela de Vargas Llosa ¿Quién mató a Palomino Molero?, cuya trama se desarrolla en el hábitat de la refinería de Talara. En estos días Lituma se dedica al periodismo económico de investigación, previo curso de rigor de álgebra financiera.
Desde hace un par de años, vive obsesionado por desenmarañar lo que él llama “la Paradoja de la Refinería”: Perú hoy solo produce 40 mil barriles diarios (b/d) de crudo, pero el Gobierno decidió gastar casi 5 mil millones de dólares en una refinería para que refine 100 mil b/d y eso que ya hay otra que refina otros 100 b/d y que además los 40 mil b/d ni se pueden transportar de la Selva a las refinerías porque el Oleoducto está malogrado.
¿Por qué gastar 5 mil millones para refinar barriles de crudo que no producimos y hay que importar? ¿No es mejor importar directamente las gasolinas ya refinadas que se necesiten? ¿Por qué no dedica el Estado esos 5 mil millones a invertir en llevar agua y desagüe a las casas de los 8 millones de peruanos que carecen de ambos?
“Ahí está la paradoja, ¿o es que sobra la plata?”, exclama Lituma; y añade “y dicen que Talara es rentable, ¿rentable? Qué va… Aquí tengo el informe que me ha elaborado mi pata el economista Jiménez Derecho, que lo explica bien: el consumo de crudo está estancado desde hace años por lo del calentamiento global, así que muy pocos países invierten en refinerías. En EE.UU. en 2013 se construyó una nueva en Dakota del N porque tienen el crudo y la demanda local.
No se había invertido en nuevas refinerías desde 1976. Y la razón es que uno puede adquirir una existente a un precio de entre 2 y 7 mil dólares por b/d de capacidad (según cuadro en presentación del compra de la BP City Refinery de Texas por Marathon Pet) mientras que construir una nueva le costaría hasta cuatro veces más. Tomemos la cifra alta de 7 mil y supongamos una rentabilidad atractiva del 20%; en el periodo de inversión, el inversionista pone de su bolsillo 7 mil por b/d y en el periodo de producción le rinde 8.4 mil dólares (= 7 + 20% x 7). Ahora bien, si en lugar de 7 mil, uno tiene que gastar 50 mil como en Talara para que le rinda 8.4 mil, entonces la tasa de rentabilidad es menos 83%; es decir, se esfumó 83% de la plata invertida”.
Caracho, y con 8 millones de paisanos sin agua.
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