22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

“Qué tal sistema de incentivos: al que construye, palo; al destructivo, presidencia. No es que no se haga justicia, sino peor, el sistema judicial lo que administra es la injusticia”.

Resulta que al supuestamente “mediato” ex-presidente –el que paró la hiperinflación y derrotó al terrorismo– le dan 25 años de cárcel en tanto que al presuntamente “inmediato” le fabrican un sobreseimiento –amén de indulto por golpe de Estado chicha– para que sea presidente. Y también resulta que en ambos casos el fabricante es el mismo juez. Qué tal sistema de incentivos: al que construye, palo; al destructivo, presidencia. No es que no se haga justicia, sino peor, el sistema judicial lo que administra es la injusticia.

El 16 de abril, La República nos contaba que “los trabajadores que limpian las calles de Talara por el desborde del río y lluvias intensas no cuentan con material en buen estado”. Eso sí, hace unos años, unos listos decidieron que la prioridad para Talara era otra: gastar 5,400 millones de dólares (o 3% del PBI del Perú) en una refinería flexicoker con capacidad para 100 mil barriles diarios –que se suman a otros 100 mil de las otras– a pesar de que el Perú hoy solo produce 40 mil que además ni se pueden transportar a la costa porque el oleoducto no funciona. El 3 de abril, el mismo diario informaba que “dos menores, de 13 y 14 años, murieron ahogados en una laguna formada por las lluvias en el sector de Enace de Talara”; estos jóvenes, y otros piuranos, perdieron la vida a 15 km de la refinería más moderna del planeta para refinar barriles que el Perú no produce. Eso se llama tener las prioridades claras: ¡que corra la plata, ya lidiaremos con las lluvias cuando toque!

Como los afiliados a las AFPs no estaban contentos con los altos costos de administración por la falta de competencia, hace unos años, el anterior superintendente de Banca se propuso traer al mercado una nueva AFP; con cinco en lugar de cuatro habría más competencia. Inexplicablemente, dispuso dar a la nueva entrante el monopolio de todos los nuevos afiliados durante dos años. ¡Qué tal aportación del PhD de Harvard a la teoría económica: aumentar la competencia dando un monopolio! Pero no acaba ahí, después, el dueño de una de las antiguas –Horizonte– decidió venderla; era de esperar que el paladín de la competencia insistiera en preservar cinco AFPs. ¿Cómo? Obligando a que Horizonte se vendiera a un nuevo entrante. Pues no, autorizó que la compraran Integra y Profuturo. De 4 a 5 y de vuelta a 4. ¡Viva la competencia!

Ya lo dijo Francisco de Quevedo: “Quien hace de piedras pan sin ser el Dios verdadero: el dinero”.

Más criolladas para la próxima semana. Stay tuned.


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