Dardo López-Dolz,Columnista invitado
¿La lentitud y los reiterados atropellos de la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec) son solo fruto de la torpeza y el desconocimiento? Difícil pensarlo al ser gobernada, desde su creación, por un equipo de abogados de la PUCP, tan seguro de su cercanía a la pareja de Palacio para derrotar a dos ex primeros ministros.
¿Hay algún negocio futuro que proteger o un afán político totalitario aún vivo en el Ejecutivo? La artera eficacia de los titiriteros de la inteligencia cubana en Venezuela, Ecuador y Bolivia, que siguieron exactamente la misma secuencia de atropellos en la materia, nos dice que pueden ser ambos.
¿Es leal engañar a empresarios y la sociedad civil aceptando, amablemente, las propuestas de modificación de las atrocidades jurídicas del proyecto de ley, mientras el mismo funcionario que presume el 100% de la paternidad del mismo pide al presidente de la Comisión de Defensa del Congreso la pronta promulgación de la cual retiró, a escondidas, a la sociedad civil de la comisión redactora del reglamento?
¿Para qué facilitar la corrupción y el abuso atentando inconstitucionalmente contra el derecho al trabajo de 60 mil vigilantes, la libre empresa, la propiedad privada y el derecho a la defensa? ¿Valora más este gobierno a los delincuentes que a quienes respetamos la ley?
¿Por qué la vehemencia en obtener presunción de veracidad de los actos de la Sucamec, discrecionalidad absoluta de sus funcionarios para negar o cancelar licencias y autorizaciones, combinada con capacidad de sanciones máximas no escalonadas y un régimen que los exonere del legítimo ejercicio a la defensa judicial frente a actos abusivos?
¿Por qué están incautando armas de las empresas grandes y serias por no estar renovadas las licencias por culpa de la propia lentitud de la Sucamec o por no tener cámaras en sus armerías cuando ninguna comisaría las tiene?
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