CUSCO.– Universitario tiene un ángel guardián. Una figura que lo acompaña donde va, un compañero en el peligro y un protector en los desafíos. Un ángel caído del cielo y que ayer, cerca del cielo, llegó en auxilio. Algunos lo llaman suerte, otros le dicen garra, pero hay quienes lo conocen simplemente como destino. Y escrito estaba que la crema siempre responde en altura. Como ayer, cuando igualó 1-1 con Cienciano.
Ante ese viejo enemigo que en Lima se llevó un empate en la primera fecha de la liguilla y que ayer recibió lo mismo. Aunque, para ser sinceros, el ‘Papá’ fue más. Tuvo una buena línea de tres volantes ofensivos (Icart, Ísmodes y Scorza) que sobrepasó sin problemas a Rainer y a ‘Toñito’. Eso, sumado a la batalla que le ganó Manuel Ugaz a Edwin Gómez por izquierda,le daba la ventaja.
A los 12’, el travesaño devolvió el zapatazo de Castrillón y en 14’ Scorza disparó elevado. La tercera chance fue del ‘Tenchy’ (17’). Hasta que, a los 27’ y a los 38’, Ruidíaz sacó dos disparos que inquietaron.
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DOS GRITOS AGÓNICOS*
Con chances de Ugaz (64’) y Cardoso (74’), nada parecía haber cambiado. Y nada cambió. Porque, a los 79’, Comizzo maldijo y preguntó al aire por qué su volante había dejado patear a Diego Virrueta y por qué su defensa no se movió cuando Castrillón tomó el rebote de Carvallo y puso la ventaja.
Pero, a dos minutos del final, Guastavino cobró un tiro libre desde 40 metros, el golero Martinuzzi reaccionó tardíamente, la pelota dio en el horizontal y Alloco la empujó a la red con furia. Empate. El ángel que ayudó en las cercanías del cielo puede llamarse suerte y apellidar destino, pero de que es crema, es crema.
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